miércoles, 28 de mayo de 2014

Enseñar a pensar.

A la hora de plantear un ejercicio de un entrenamiento, más que "qué tienen que hacer los jugadores", los entrenadores deberíamos pensar en " en qué tienen que pensar los jugadores". 

Si queremos hacer un ejercicio de pase, es más importante establecer unos detalles del pase y centrar al jugador en que piense en esos detalles, que esté más atento a que cuando termina de pasar tiene que ir a tal o cual sitio.

Además, si queremos que el jugador piense, debemos fomentar que las acciones se hagan despacio, e ir aumentando la velocidad con el paso de los entrenamientos.

Evidentemente, no es lo mismo entrenar a un benjamín que a un cadete. En función de la categoría, los detalles que se pueden introducir son más o menos. Y la velocidad de ejecución mayor o menor.

Por poner un ejemplo. Si estamos trabajando el pase, diremos que un buen pase es aquel que le llega al receptor en la posición en la que ha solicitado el balón. Si estamos con un benjamín, quizás no digamos más. Si se trata de un cadete podríamos decirle que ese pase tiene que ser tenso, recto, con la fuerza suficiente. Pero si se tratara de un junior, podríamos decirle, además, que "piense" en el pase más eficiente, picado, por la espalda, etc. A medida que el jugador es más mayor, domina más referencias, con lo que le podremos exigir que piense en más detalles.

El jugador tiene que saber "por qué y para qué hace las cosas". Si queremos trabajar el tiro en situaciones colectivas, tendremos que invitar a los jugadores a que nos expliquen que es "un buen tiro", y nosotros orientar las respuestas. Posteriormente, podríamos montar un 3c3 continuo, donde directamente les dijeramos que la primera acción es penetrar y doblar. Evidentemente, lo harán y quedará un jugador liberado para tiro, pues la penetración habrá atraído defensores. Pero quizás, les deberíamos dejar jugar dos o tres minutos, y posteriormente, invitarles a pensar la mejor manera de dejar a un jugador liberado para ejecutar "ese buen tiro" que hemos definido previamente. Si no fueran capaces, el entrenador tendría que introducir parcialmente una pista e incitar al jugador a continuar ese razonamiento. De este modo, les estamos "invitando a pensar".

Preguntar a los jugadores por qué han hecho determinada acción, y si no te saben contestar, parar el entreno y preguntarlo a todos, a ver que respuestas dan. Los jugadores son listos, y entre todo el grupo sacarán la respuesta correcta, solo es cuestión de ir orientándoles. 

¿Le has preguntado alguna vez a un jugador tuyo en qué piensa cuando tira un tiro libre? Te sorprenderían las respuestas. ¿Alguien piensa en lo que está bajo su control?¿Se centra en realizar una buena mecánica? Los resultados son consecuencias de procesos de ejecuciones correctas. Si yo me centro en ejecutar correctamente mi mecánica, tendré más opciones de que el resultado sea meter la canasta.

Entrena a "enseñar a pensar en la cancha".