martes, 31 de enero de 2017

Disponer del bote. El bote como herramienta para mejorar la calidad del pase

Hay dos acciones muy habituales en las jugadoras cuando se trata de tener el balón asociadas al fundamento del bote. La primera es recibir el balón y echarlo directamente al suelo sin haber previamente "mirado para comprender" la situación del juego. La segunda es lanzarse a botar hacia un lugar y cuando te sientes atrapado o limitado por la defensa, agotar el bote.

En ambas situaciones perdemos la oportunidad de disponer del bote, ya sea para atacar o para mejorar un ángulo de pase y posteriormente pasar o generar un espacio para el juego sin balón.

Debemos inculcar en los jugadoras el concepto de "disponer del bote" para que nosotras mismas no limitemos nuestras opciones de ataque. Porque disponer del bote significa disponer del pase. Y no argumento el yo-yo de estar botando y botando. Es algo similar al "bote inteligente", al "bote útil", pero con la mira puesta de gestionarlo también para mejorar nuestra calidad del pase.

En muchos de los ejercicios que hacéis para trabajar el bote, una de las opciones es terminar el gesto del bote simulando que vas a pasar el balón y al final renuncias a ese pase, para seguir botando. Estamos hablando de pasar tras bote, y para eso debemos enseñar a dejar que el balón ruede en la fase ascendente del bote sobre la mano de la jugadora y en caso de no haber pase, poder seguir controlando el balón y no agotar el bote. 

miércoles, 25 de enero de 2017

Salida de presión con una jugadora

En general, contra una presión a toda pista en defensa individual, lo que he visto por las canchas es trabajar una salida de presión con dos jugadoras que se bloquean (o intercambian) de manera horizontal para generar dos líneas de pase, más la que saca como pase de seguridad.

A mi me interesa más la salida de presión con una sola jugadora más un poste repetidor que llega desde el centro del campo, más dos jugadoras en campo ofensivo (ampliando el espacio de la cancha).

¿Por qué? Por dos razones, una de espacio y otra de fundamentos individuales.

El espacio. Es evidente que cuantas menos defensoras pongas en un espacio, más fácil es para el ataque. De manera que si tengo una sola jugadora para recibir, en principio, habrá una sola defensora.
Lo cierto es que hay equipos que a la defensora que defiende a la que saca, la utilizan para defender a la posible receptora del balón. Y eso supondría una situación de dos defensoras frente a una única receptora. Esta situación se solventa con el segundo argumento.

Los fundamentos individuales. Si yo enseño a mi jugadora que para recibir el balón, en lugar de mirarlo o ir hacia él, tengo que mirar a mi defensora y jugar contra ella, acercándome y cambiando de ritmo con explosividad al espacio que hay libre para recibir, probablemente, aunque esté defendida por dos, las posibilidades de éxito de recibir son muy altas (lo digo por experiencia).

Si además, trabajamos los fundamentos del "bote mirando", haciendo escaleras para la agilidad de pies, y circuitos de potencia, para mejorar la explosividad, junto con la disociación del manejo del balón y el movimiento de mis piernas, conseguiré, muy probablemente, salir cómodamente de la presión.

Y salir cómodamente de la presión es un factor de ventaja para tu ataque.

Como no somos perfectos y todo el mundo comete fallos, tenemos el plan B del poste repetidor que llega desde la media pista. Una jugadora que ejecutará los mismos fundamentos de jugar contra y explosividad hacia el espacio libre, para recibir el balón.

En ambas circunstancias, la jugadora que saca estará en situación de ayuda ofensiva,  para generar líneas de pase al balón. Estas líneas de pase pueden ser, tanto jugando en espacios detrás del balón, como en cortes en diagonal.

Como siempre, si proporcionas recursos de fundamentos individuales a tus jugadoras (técnica y táctica individual) la táctica colectiva es mucho más sencilla y divertida para las jugadoras.


viernes, 20 de enero de 2017

¿Por qué algunas jugadoras abandonan el basket a partir de 15 años?

Estamos de acuerdo que una niña aborda diferentes etapas en su crecimiento, y que la manera de entrenar a una niña de 10 años no tiene nada que ver con el entrenamiento a una chica de 15. Las motivaciones, preocupaciones e intereses son absolutamente distintas.

Y podríamos estar de acuerdo que hay una serie de paradigmas, principios o valores que son inmutables y necesarios en un equipo de baloncesto, tales como: la concentración, el compromiso, la disciplina, la generosidad, la compasión, el respeto, la humildad, la motivación, la correcta gestión de la frustración, etc.

Y si vuelves a leer detenidamente los dos párrafos anteriores, verás que el primero habla de cambio y el segundo de mantener mismas ideas, sin cambio.

El número de chicas que abandonan la actividad deportiva a partir de los 14-16 años es notable, y afortunadamente, algunos entrenadores se preguntan el por qué. Pero habitualmente, la respuesta se suele centrar en causas externas al entrenador. Y aquí creo que debemos ser más humildes y pensar, en primer lugar, que la causa somos nosotros. Mirarnos el ombligo y pensar en que podemos tener protagonismo en ese abandono. Con esto no quiero decir que exima a las jugadoras, sino que en el análisis, nos pongamos nosotros los primeros. Que trabajemos en lo que está bajo nuestro control. 

Es evidente que ellas crecen y cambian y, también suele ser evidente, que nosotros no sabemos crecer y cambiar con ellas. Más bien diría que "nuestras metodologías" no saben crecer y cambiar con ellas.

Podría dar por bueno que hasta, aproximadamente, los 12 años, la instrucción directa sea una metodología apropiada para la gestión de los equipos, ordenar y mandar, básicamente, siendo un poco rudo en la definición. Y construir a través de valores (los entrenadores más avispados), pero a través de esta metodología (lo que no significa que esté totalmente de acuerdo con esta línea).

Pero es un hecho, que a partir de las edades que hablamos, 14-16 años, este método no es eficaz. Las niñas abandonan. Y como ves, lo que subyace en el artículo es que los entrenadores tenemos mucha culpa de ello. Seguro que nos agarramos a multitud de excusas o argumentos, como quieras llamarlos, pero pocos ponen el foco en uno mismo, en el entrenador y muchos en los intereses de las jugadoras.

Y es que no construimos sobre los cimientos adecuados. Los anteriores sirven, pero no es suficiente. Ya no te vale con lo que hacías antes. Seguimos queriendo imponer normas y reglas, y no vemos que tenemos que hacerlas pensar, desarrollar el pensamiento crítico, entornos reflexivos, atmósferas divertidas, trabajar sobre la motivación intrínseca, utilizar el fallo, minimizar el castigo, etc., lo que para nada está reñido con la exigencia o el trabajo duro.

Hay que ir a charlas con ellas, hay que plantearlas cómo se gestiona la frustración, hacer talleres, que ellas participen, que den soluciones, tienes que adaptarte al grupo, innovar, adaptarte como entrenador, cambiar cosas, arriesgar, enseñarlas a gestionar el fallo y verlo como una oportunidad, comunicar de manera diferente, acertar con la pregunta correcta, orientar y no ordenar, porque si eres quien fuiste la temporada pasada, no será suficiente, porque ellas son distintas, diferentes, no les vale con lo anterior. EVOLUCIONAN y tu lo tienes que hacer con ellas. No es tu guión, es el suyo. Y tienes que entenderlo, porque sino, tendrás esa porción de responsabilidad del abandono de la jugadora.

Y todo lo anterior está antes que la técnica o la táctica. Es imposible desarrollar los fundamentos, sino se trabaja lo anterior. Es clave. Sino, no se pasarán bien el balón. Son nuevos cimientos. Lo anterior si sirve, pero ya no es suficiente. Si sigues construyendo sobre lo anterior, se va a ir desmoronando el edificio y eso representa la pérdida de jugadoras a partir de los 15 años.

Porque no cerramos las grietas que se generan. No curamos heridas, dejamos que convivan con el día a día del grupo. Y para esto los entrenadores tienen que aprender a observar más allá de si cierran el rebote o pasan el bloqueo correctamente o no. Tienes que observar qué jugadoras se chocan las manos, las parejas cuando dejan que se agrupen como ellas quieren, los grupos que se forman antes del entrenamiento (si varian o no), quizás tengas que utilizar 5 minutos de tu tiempo de pista para que ellas terminen de hablar o preparar su indumentaria deportiva para la actividad. Quizás tengas que probar a que para que se callen y te escuchen tengas que introducir el entrenamiento a través de un minuto de meditación de atención plena.

Quizás puedas decir que todo esto es una chorrada, que se tienen que adaptar y tienen que ser disciplinadas y atender al entrenador. Pero probablemente, provoques el abandono de la actividad deportiva en un futuro cercano, o lo mismo se cansará de ti y probará en otro equipo, porque (aunque tu no lo veas) le sigue apasionando jugar al basket.

Es su guión, no el tuyo.

jueves, 5 de enero de 2017

El otro día me defendieron en 1-3-1 porque querían ganar el partido....

Y yo di las gracias porque pude poner en práctica un montón de fundamentos que había entrenado. 

Trabajé la visión. ¿Qué espacios quedan libres? les pregunté a mis jugadoras.

¿Cómo podemos atacar la zona? Sin que haya zona....entonces, apliquémonos en defensa y volemos. 

Trabajé el pase. Su calidad, la tensión, las fintas previas, por encima de la cabeza, etc. 

El mirar antes de decidir. Y no echaban tan rápido el balón al suelo. 

Trabajaron el juego sin balón. Moverse entre los espacios libres en función del balón. 

Trabajé el tiro. Nuestros nueve pasos del fundamento del tiro. 

Conseguí que una jugadora que siempre sube el balón por el centro, entendiera (después de un cuarto entero chocando contra la defensa), que la mejor opción era que el balón llegara al ataque por los laterales. 

Claramente, el rival, al ver que mis jugadoras le superaban en su defensa individual, se fue a una 1-3-1, pero, uno que ya lleva unos cuantos partidos, notó que la cosa iba con la idea de ganar el partido. Poco formativo. 

Para mis jugadoras y mi planificación fue muy útil. Una situación diferente. Mismos fundamentos. Así que me sirvió para reforzar mis convicciones de que no es necesario trabajar durante la semana de entrenamientos movimientos o sistemas específicos contra zona, sino continuar trabajando los fundamentos y aplicarlos en función de lo que sucede en los partidos.