jueves, 30 de julio de 2015

El camino hacia la excelencia

Nuestra forma de entender el deporte no se reduce a cuando nos encontramos en la pista entrenando o compitiendo, está asociada a nuestra forma de ser, a cómo sentimos, a cómo actuamos,  o a cómo vivimos cada experiencia. Somos en la pista lo que somos en la vida. Somos en la vida lo que somos en la pista.

La excelencia podría definirse como ese misterioso camino en el que, al principio, todo es muy fácil porque progresas sin apenas dificultad, donde entrenar es un placer auténtico porque tu esfuerzo se plasma en una mejora en la competición, porque eres capaz de hacer algo que antes no hacías o conseguir una marca que no alcanzabas y todo con cierta rapidez pero que, a medida que transitas por la práctica diaria y creces en todos los aspectos, compruebas que ya no es tan sencillo superarte.

Alcanzas un nivel donde, cada superación, cada mejora, implica algo más, requiere algo que hasta ahora no hacías, y no sabes qué es. Con el tiempo y la calidad del esfuerzo de antes, como mucho te mantienes o incluso no te superas. Si hiciéramos un símil con el montañismo, cuando antes eras capaz de avanzar cien metros en quince minutos, ahora, para avanzar esos cien metros necesitas una hora.

Ahora ya no hay respuestas rápidas o soluciones inmediatas. Estabas acostumbrado a generar unas expectativas y llegar a ellas. Habías progresado todas las temporadas, batiendo tus marcas anteriores. Trabajando mucho llegabas a cubrir esas expectativas. Y ahora.....parece que ya no eres capaz de batirte a ti mismo, a pesar de que sigues trabajando duro. Y surgen las dudas. 

Pero tu amas lo que haces, es tu pasión, has puesto cada gramo de tu energía, estas centrado...., te preguntas por qué no eres capaz de superarte con la facilidad de antaño. Y te sientes algo perdido.

En primer lugar, si te preguntas "¿Por qué?", creo que estás de enhorabuena. La duda, en su justa medida, es buena compañera de viaje. Fomenta la reflexión.

En segundo lugar, si tienes un objetivo, si tienes unas marca a alcanzar, también enhorabuena. Sabes hacia donde vas. Tiene definida tu meta.

En tercer lugar, eres consciente de dónde vienes. Enhorabuena de nuevo, sabes dónde, cuándo y cómo empezó tu viaje.

Bienvenido entonces al camino a la excelencia.

La maestría en una habilidad o disciplina no entiende de respuestas, resultados o soluciones rápidas.

El camino a la excelencia es largo, lento y últimamente no se lleva muy bien con los mensajes que van calando en la actualidad. Y diría yo que estamos en la sociedad de la velocidad. Velocidad en la comunicación, velocidad en los desplazamientos, velocidad en los resultados, velocidad en la información, en la adquisición de bienes materiales, velocidad en la consecución de caprichos, etc.

Compara estas dos gráficas:


¿Cuál crees que se asemeja más a la realidad de alcanzar la excelencia en algo?

El crecimiento constante y mantenido es una quimera, una ilusión, con independencia de tu base genética o talento. A mismo nivel y calidad de esfuerzo y sacrificio, tus genes o talento te harán evolucionar más rápido que los demás al principio, pero inevitablemente terminarás encontrándote con la meseta, con una llanura donde pasarás tiempo sin progreso aparente.

Y cada vez que aprendas algo nuevo o introduzcas una novedad en tu metodología de entrenamiento, incluso empeorarás de inicio. Hasta que te adaptes, y entrenes, y empieces a notar los efectos beneficiosos de ese nuevo aprendizaje.

Te recomiendo que si te encuentras en el punto en el que no sabes por qué mejoras, te des la enhorabuena, estás en el camino a la excelencia.

A partir de aquí. Disfruta del propio placer de practicar la actividad que tanto te reconforta. Ama lo que haces por el puro placer de hacerlo. Disfruta de las sensaciones que te proporciona la competición, de charlar con tus compañeros al terminar en la pista, de tu esfuerzo y compromiso diario.

Sé paciente.

Céntrate en lo que está bajo tu control. Céntrate en los detalles. Entrena con cuerpo, mente y espíritu.

Persevera. Mantente constante en tu actitud. Aprovecha cada segundo de tu entrenamiento. 

Ten tu objetivo en mente.

Sé feliz por estar en el camino a la excelencia. Sientete un privilegiado. No todos son lo suficientemente pacientes para continuar el viaje que empezaron.

Las piedras que te vas a encontrar en el camino son tus compañeras de viaje. Aprovéchate del conflicto para aprender, para mejorar. Ahí tendrás a la presión, a los rivales, etc., utilízalos para tu mejora.

Y si fueras capaz de encontrar un motivo superior por el que quieres llegar a la excelencia, mejor. Jugar, correr por algo más grande que tu propia mejora. Algo mayor que tus propios logros.

Y disfruta, disfruta y disfruta, que llegará la mejora. Pero no tengas prisa.

Nuestra forma de entender el deporte no se reduce a cuando nos encontramos en la pista entrenando o compitiendo, está asociada a nuestra forma de ser, a cómo sentimos, a cómo actuamos, o a cómo vivimos cada experiencia. Somos en la pista lo que somos en la vida. Somos en la vida lo que somos en la pista.


 


martes, 21 de julio de 2015

Liderar, coaching, etc.

Interesantes artículos sobre liderazgo los expuestos por Jordi Juste, @jordijuste3, Luis Prado, @cholinho y Juany G. Navarro, @JGNpsico. Ahí va una aportación más.

A mi personalmente me produce cierto rechazo el hecho de hablar de liderazgo como objetivo. Convertirte en un lider. Creo que ese es el primer paso para no llegar a serlo. De nuevo, empezamos por el error de centrarnos en el resultado y no en el camino. Quiero decir que no debería ser el objetivo del entrenador convertirse en un líder.

Si eres entrenador tienes que saber que trabajas con personas. Cada vez estoy más convencido de que no existen las profesiones. No existen ni los bomberos, ni directivos, ni médicos, ni jugadoras de baloncesto. Existen personas que ejercer durante un tiempo de su día como bomberos, como directivos, como médicos o como jugadoras de baloncesto. Existe la persona. Y tenemos que recordar que trabajamos con personas y con cada una de las mochilas que llevamos a cuestas las personas. Recomiendo la lectura del libro: "Fútbol el jugador es lo importante", de Francisco José Cervera Villena y Rosa Coba (@RosaCoba):


Todo entrenador de baloncesto, o de cualquier otra disciplina, trabaja con personas. Y ese es el primer punto donde pararse a pensar. Este sería mi primer apartado de la planificación, más allá de sistemas, formas de juego, etc. Saber qué personas tienes en tu equipo. Cuentan que cuando los Spurs ficharon a Duncan, su entrenador, Greg Popovich pasó tres días junto al jugador durante sus vacaciones, con el objetivo de conocerle mejor.

Otro aspecto importante es saber que no puedes pretender ser quien no eres. Dicho en positivo, se tu mismo. Al final, sales tú por todos los lados. Pero para saber quien eres, es importante pararte a pensar en quien eres, y sobre todo, lo que quieres y con quien lo quieres. Aspectos nada fáciles de contestar. Pero si no eres un entrenador que le gusten los gritos, si en la cancha gritas y no paras de gritar, al final, se volverá en tu contra, porque no eres así.

Otro aspecto a tener en cuenta en un entrenador es el conocimiento. El conocimiento no solo de baloncesto, sino de cómo enseñar a que aprendan baloncesto. El contenido y la metodología. Ambas áreas de conocimiento son importantes a la hora de ponerte frente a un grupo de personas.

También es importante tener ciertos conocimientos de las características principales de la edad de las personas que tienes enfrente. No es lo mismo un benjamín que un cadete o un senior. Las características y los intereses son diferentes. Capacidad de atención, egoismo, capacidad de socialización, etc., y serán importantes a la hora de cómo enseñes.

Otro punto destacable son los intereses. Cada vez estoy más convencido de que las temporadas de las que todos salimos satisfechos, contentos y realizados, más allá de títulos o medallas, son aquellas donde han conseguido alinearse los intereses de todas las partes implicadas en el equipo. Y el entrenador está en en centro de todo.  En un equipo profesional hay mayor cantidad de personas, organismos o empresas alrededor, cada uno con sus intereses, con lo cual, a mayor cantidad de entes, mayor número de intereses y mayor dificultad en alinearlos a todos. Y si está el dinero por el medio, más complejo será. Pero también, yendo al extremo opuesto, en un equipo benjamín existen diferentes tipos de intereses, los de los padres, del entrenador, del club, etc., y será misión del entrenador tratar de alinearlos.

Si hablaramos de escuchar más que hablar, o de que mis palabras fortalezcan la autoestima de otros, de ser agradecido, de no magnificar mis aportaciones, de vivir mis errores, pedir perdón y perdonar. De reconocer la valía de los demás....podríamos estar hablando de la humildad.  Una cualidad digna de un entrenador, bueno mejor dicho, de una persona que trabaja como entrenador.

Cada vez se piensa que en entornos agradables de trabajo se fomenta más la creatividad, la capacidad de mejorar a través de convivir con el error, donde los jugadores saben que no van a ser juzgados por el error cometido sino apoyados por su coraje a atreverse. Se trabaja sobre el intento, sobre el proceso y no sobre el resultado. Este es otro aspecto importante para los entrenadores.

Creo que es más importante centrarse en aquellas habilidades, capacidades y herramientas que me permitan mejorar a las personas que forman mi equipo, y a que el colectivo progrese en base a las aportaciones individuales, que en querer ser un líder. Porque lo primero es centrarse en las necesidades de los demás, trabajar por sus sueños y metas, mientras que lo segundo es centrarse en uno mismo exclusivamente. Cómo comunicar, cómo gestionar los conflictos, cómo gestionar los egos, cómo establecer roles adecuadamente (si es que es necesario), etc., trabajar todo tipo de habilidades que te ayudarán a mejorar a las personas y redundarán en el colectivo.

Y también sería interesante saber por qué entrenas. ¿Qué mayor ambición te lleva a estar en una cancha de baloncesto? ¿O sólo es por tu interés personal? Creo que si sólo trabajas por conseguir retos personales, no terminarás de darle un sentido pleno a tu actividad. Deberíamos tener un motivo más grande que el nuestro propio. Se me ocurren, mejorar la sociedad a través del deporte, dar protagonismo a tu ciudad, etc. Tener un motivo, si es altruista mejor, es un pilar en el que te puedes apoyar cuando no tengas tantas fuerzas.

No me preocupa ser un líder o no. Me preocupa formarme adecuadamente para ser digno de las personas que tengo enfrente en cada entrenamiento y estar a la altura de ellas. 
 
Os dejo los enlaces de los otros artículos:

https://jordijuste.wordpress.com/2015/07/20/disciplina-laissez-faire-liderazgo-donde-estamos/

https://jovenesairados.wordpress.com/2015/07/20/que-es-liderar/ 

http://www.juganas.com/2015/07/ying-yang-o-la-disciplina-mano.html

sábado, 18 de julio de 2015

Entrenamiento 11. Postemporada. Cómo entrenar los fundamentos individuales

A veces pensamos que necesitamos tener todos los conocimientos para poder entrenar los fundamentos individuales o algunos fundamentos colectivos. 

Cierto es que el conocimiento específico del baloncesto es necesario, pero a veces, sin llegar a tener un conocimiento total, la reflexión y el sentido común nos pueden ayudar mucho a trabajar los fundamentos individuales/colectivos. 

El entrenador tiene que visualizar la situación, pensar en el objetivo que busco, entender los movimientos de la defensa y buscar las acciones ofensivas que me conducen a lo que persigo. Y nos centramos en un ejemplo. 

Estos días hemos estado trabajando el fundamento del tiro de media distancia, y yo quería seguir trabajándolo pero dentro del juego, ya fuera 3c3 o 4c4. El caso es que formamos equipos y les puse la norma de que no se podía meter canasta desde dentro de la zona. 

Empezaron a jugar. La selección de tiro no era muy buena. No tenían claro qué hacer para meter canasta fuera de la zona. Y empezamos a dar pistas. Conversación:

E: Si quieres meter canasta desde fuera de la zona, ¿cómo tienes que hacerlo?
J:  Pues tirando a canasta". 
E: Y ese tiro, ¿cómo tiene que ser? 
J:  Pues con el espacio y el tiempo suficiente para poder ejecutarlo. 
E: Y para tener espacio y tiempo, ¿quien no tiene que estar? 
J:  Pues la defensora de la tiradora. 
E: Entonces....¿qué tenemos que hacer?
J: Uhmmm....atraer a la defensora de la que va a tirar. 
E: ¿Para qué?
J:  Para que esté sola y pueda tirar con cierta comodidad. 
E: ¿Y cómo?
J: No lo se entrenador......
 
Entonces, después de ese razonamiento, le puedes decir, " ataca a la ayuda. Ataca a la defensora de una compañera, no ataques con el 1c1 a tu defensora exclusivamente". 
 
Pero para llegar a este punto, el entrenador tiene que razonar. Quiero que tiren, tienen que generar una ventaja, lo que implica que tienen que estar, un segundo solas, lo que implica atraer la atención de la defensa, lo que implica que tengo que hacer que la defensora esté centrada en el balón, lo que lleva a que el balón tiene que pasar cerca de esa defensora. 

Luego vendrá, que tienen que atacar por el lado contrario de donde vino el balón, cuestión no sencilla cuando la lateralidad no está bien trabajada, pues muchas veces tendrán tendencia de irse hacia donde vino el balón que es donde está todo el tráfico de jugadoras. Ese es otro razonamiento. 

Si hablamos de fundamentos individuales, es lo mismo. Por ejemplo, trabajar el tiro desde una recuperación defensiva. Es decir, le llega el balón a una jugadora que no tiene el tiempo suficiente para armar el tiro porque le llega una defensora. Pero si finta y trabaja las salidas, entonces ganará tiempo para una mejor ventaja y ejecutar un tiro en tiempo y espacio. 

¿Y cómo se trabaja el fundamento? A pensar de nuevo. 
 
- Primero, engañar, claro. Para que la defensora crea que vas a tirar. 
- Segundo. ¿Qué pie tengo que mover para separarme lo más rápidamente posible de la defensora?
- Tercero. ¿Cuántos botes necesito?
- Cuarto. ¿Qué trayectoria es la que más me aleja de la defensora?
- Quinto. Si lo que voy es a tirar...., necesitaré controlar, mi equilibrio con la parada y un buen agarre. 
- Sexto. ¿Cómo se tiene que orientar el cuerpo, especialmente la cadera, durante el movimiento?
 
Y seguro que hay alguna pregunta más que nos podemos hacer. Pero si yo elaboro este razonamiento a través de las preguntas correctas, entonces, sin necesidad de tener el conocimiento profundo del gesto, puedo ayudar a mis jugadoras a mejorar ese fundamento. Y como este, cualquier otro. 
 
Y si además, durante el entrenamiento, en el proceso de enseñar a la jugadora, comparto estas preguntas con ellas, seguro que aportarán aspectos interesantes que nos harán introducir detalles en el mismo momento del entreno y que me enriquecerán como entrenador. 
 
Pues nada....¡ a pensar!





miércoles, 8 de julio de 2015

Entrenamiento 10. Segunda ruta de montaña

Segundo entrenamiento que hacemos en la sierra. A diferencia del primero, en este teníamos el objetivo de hacer una cima. Empezábamos en 1200 metros de altitud y teníamos la cumbre en 2092, casi 900 metros de desnivel.
Han sido cinco horas y media de ruta. Unas tres y pico para subir y el resto de bajada.
El comportamiento de las jugadoras ha sido fantástico. Cada una llevaba un ritmo diferente que hacía que se formaran grupos, reuniéndonos en cada parada. Esto me hizo pensar que cada persona y cada jugadora es diferente. Cada una lleva un ritmo. La clave del entrenador es encontrar esas paradas para que ellas sean conscientes de poner esas cualidades al servicio del colectivo.
Las rampas eran duras, pero nadie se quejaba. Subían con determinación. A falta de unos 200 metros de la cumbre, llegamos a un collado, donde nos juntamos todos de nuevo. Desde allí pudimos ver por primera vez físicamente la cima. Y fue entonces, con casi tres horas de ascensión en las piernas, cuando sucedió un hecho curioso. La mente empezó a realizar preguntas con connotaciones negativas.
¿Es ahí hasta donde tenemos que subir?¿Es necesario llegar hasta arriba?¿Hay que subir mucho más? ¿Pararemos a comer algo antes?, etc.
Cuando reanudamos la marcha, y a pesar de esas preguntas, percibí que las jugadoras se agarraron al colectivo, al sentido de pertenencia a un grupo, para seguir dando pasos para alcanzar la cumbre. De ahí la importancia del trabajo de cohesión. Por que cuando llegan las dudas, no sólo te puedes agarrar a ti, sino a tu colectivo, a esos vínculos creados previamente, a ese sufrimiento en equipo, donde el ser humano se identifica unos con otros y fomenta una empatía, generosidad, altruismo, y aquellas virtudes que hacen que te sientas en calma, en paz, porque has ayudado a que otra persona esté mejor. Y esa sinergia, hace que las dudas se disipen. Por eso no puede emprender muchas cosas tu solo, necesitas de los demás, y un  partido es algo que emprendes, y que a veces es fácil y otras se pone cuesta arriba. Y en las situaciones complicadas, en los momentos en los que te remontan, en los finales ajustados, es el colectivo quien tira de cada uno de nosotros, la jugadora con garra que tira ese lanzamiento, pero también la que defiende y dar un esfuerzo extra. Y todas, por el sentido de pertenencia a un colectivo. En la montaña fue igual.
Una jugadora se quedó rezagada. Fuera del grupo. Sufría más que las demás. Perdió el contacto visual. Me quedé con ella. Y su frase fue: "Me paro. Me rindo. No puedo más". ¡ Y estabamos a nada de hacer cima!. La fortaleza mental es una característica muy importante a trabajar en las jugadoras. En cada edad habrá que trabajar de una manera diferente. No es lo mismo un alevín que un cadete o un senior. Pero siempre hay que trabajarla.

Y es la fortaleza mental la que hace que en esas situaciones en las que, sin haber llegado a la cima, te dice que des un paso más. Y después otro. Es la fortaleza mental quien hace que te enfrentes de cara a la adversidad, a las situaciones complicadas. Y el baloncesto es una buena herramienta que nos ofrece un montón de oportunidades para poner en práctica que nuestras jugadoras se enfrenten a este tipo de situaciones. Se me ocurre que en finales ajustados no sólo utilicemos a determinadas jugadoras, sino que demos la oportunidad a otras de medir sus capacidades y lo que nosotros le hemos tratado de inculcar en los entrenos en esas situaciones complicadas.

La jugadora siguió dando un paso tras otro, y con la ayuda del entrenador, que se quedó acompañando a la más lenta, consigió llegar a la cima.

El ratito en la cima fue fantástico. Comimos, disfrutamos de las vistas a 2100 metros, fotos varias. Y preparados para la bajada. Dos horas de bajada, que no es fácil.

Muy buena experiencia. Realmente interesante y didáctica para mi.

jueves, 2 de julio de 2015

Entrenamiento 9. Postemporada

Hacía un calor tremendo en la ciudad y me dió por pensar si las chicas estarían mejor con sus amigas en la piscina o en la pista entrenando.
 
Desde luego, han estado todo el año entrenando, estudiando, etc., sin parar. ¿Merece la pena un entrenamiento con este calor en el mes de julio?¿qué ventajas puede tener?¿el sacrificio, la constancia y la perseverancia? Seguro que si, pero....¿y es necesario para ellas?¿lo quieren?¿qué buscarán ellas en el basket?
 
El caso es que llegué a la conclusión de que el mejor entrenamiento era el no entrenar.
 
Lo propuse por el grupo nuestro, y en función de sus personalidades, pues contestaron todas de una manera discreta y sin querer herir mi sensibilidad de entrenador que le gusta entrenar, que era mejor estar en la piscina con las amigas. Y aunque ellas no lo percibieran, yo pensaba igual. Hubo una que sí quería entrenar.
 
Aproveché para decirlas que es fundamental que nuestra relación se base en la CONFIANZA, que a su vez se basa en la SINCERIDAD. Que era necesario que expresaran sus opiniones aunque fueran diferentes a las mías o las de otras compañeras, siempre que se hiciera con RESPETO y con voluntad de crecer.
 
Hubo una que quiso entrenar. Y allí estuve con ella trabajando la mecánica de tiro y detalles del 1c1. Hacía calor, pero ella quería entrenar.
 
Me gustó mucho que ella viniera a entrenar, pero igualmente me gustó que las demás no vinieran y pasaran la tarde en la piscina con sus amigas.