lunes, 31 de agosto de 2015

Mi maestro

El pasado lunes 13 de julio visité a mi maestro.

Ramón Regaño, mi maestro
No fue una visita planificada ni prevista. Simplemente, pasaba por allí y le visité. La idea llevaba muchos años rondándome por la cabeza.

Por avatares de la vida dejó de darme clase cuando cumplí catorce o quince años y ya voy por los cuarenta y dos pero, a pesar de no recibir sus clases ni sus enseñanzas durante todos estos años, mi maestro siempre ha estado ahí, en mi cabeza, educándome, enseñándome, entrenándome.

Creo firmemente que una persona tiene muy pocos maestros de verdad -de los que marcan- a lo largo de su vida, puede incluso que ninguno, y afortunada será esa persona si puede llegar a contarlos con los dedos de una mano.

En mi caso, dos de los que considero mis maestros lo han sido a través del deporte, y no con el baloncesto -como podríais pensar- sino con el Judo: un deporte precioso como vehículo para respetar, para enseñar, para aprender, para interiorizar.

En numerosas páginas web se cita que la UNESCO (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura) declaró el Judo como deporte ideal para los jóvenes entre 4 y 12 años pero, la verdad, no he encontrado esa referencia en la propia UNESCO ni en la Federación Internacional de Judo. Sin embargo, no me extrañaría lo más mínimo, conmigo fue ideal.

Tuve la inmensa fortuna de tener a estos maestros de forma consecutiva (Ramón y Manolo), y cada uno me enseñó lo que mi cuerpo y mente de niño y de adolescente necesitaba en cada momento. Desde el respeto por el deporte, por el tatami, por el maestro y por los rivales hasta el inculcarme la confianza en mí mismo y el que, si se intenta, uno es capaz de cualquier cosa.

En definitiva, como siempre me digo y les digo en algún momento de la temporada a mis jugadores: todo consiste en tratar de llegar a ser lo mejor que uno pueda llegar a ser. Si compites y quedas el último no es importante si lo has dado todo, en el camino has aprendido, has madurado, te has ido formando y has mejorado.

Como decía, el pasado lunes 13 de julio visité a mi maestro. Me acerqué al gimnasio sin la seguridad de saber que iba a estar allí. Me recibió su mujer en la secretaría del gimnasio, pasados los años (yo era un niño cuando dejé las clases) no me reconoció pero cuando la pregunté por Ramón, mi maestro, diciéndola que era un antiguo alumno se la iluminó la cara como pensando "qué alegría le vas a dar": Estoy seguro que no soy ni el primero ni el último ex-alumno que le visita. Casualidades de la vida era el último día de clase de la temporada y allí estaba.

Mi maestro, al salir del tatami y salir al encuentro de aquel alumno desconocido que preguntaba por él se llevó las manos a la cabeza por la sorpresa y exclamó mi nombre: se acordaba de ese chaval pre-adolescente de hace treinta años.

Hablamos de aquella época, de compañeros míos de clase, de las familias y le agradecí enormemente sus enseñanzas, no con muchas palabras puesto que con la visita sobraban explicaciones, simplemente le dije que llevaba mucho tiempo con ganas de visitar a mi maestro. Le pedí que me recomendara un gimnasio en donde vivo ahora en la que enseñaran de forma similar a como lo hace él para llevar a mis hijos, pero me temo que eso no existe.

Entre frases y frases, le dije que atendiera a sus alumnos, no quería interrumpirle, así que tuve la fortuna de verle impartir clase de nuevo. Tenía pocos chicos -era el último día de la temporada- de entre 5 y 8 años, creo, y uno de ellos había llevado caramelos porque era su cumpleaños así que era una clase más bien lúdica, donde hubo entretenidos juegos físico/competitivos para ellos y, tras los juegos, un poco de Judo, que no podía faltar.

De vez en cuando, el maestro venía a mí y me comentaba un detalle: "Mira, esa niña china lleva un mes y ya se sabe los nombres de las proyecciones, alguno de sus compañeros lleva todo el año y aún no, son increíbles"-dijo con los ojos brillantes.

Me encantó cómo impartió la clase, cómo repartía el protagonismo por todos los niños (todos quieren contar las repeticiones, por ejemplo) y, cómo, cuando explicaba una llave y uno de los revoltosos se
desmadró un poco, cómo supo volver a captar su atención de niño, de forma autoritaria pero entrañable: "Jorgito, atiende que si no me atiendes no aprendemos Judo". Nada de: hay que escuchar a los mayores deja de correr o deja de chillar, no, la "amenaza" fue, atiende, que si no, no aprendes Judo, como si eso fuera lo peor del mundo.

Y efectivamente, si lo imparte mi maestro, lo es.

Pasado el tiempo, me doy cuenta que soy entrenador gracias a mis maestros, como un modo de transmitir todo lo que aprendí de ellos y de devolver esta suerte que he tenido por tenerles. Cumplirlo ya es otro cantar, pero lo intento.

http://www.clubdeportivotamura.es/

https://es-la.facebook.com/GIMNASIOTAMURA

domingo, 30 de agosto de 2015

Nueva temporada. Criterios generales de un club

Vamos a ir incorporando algunos artículos relacionados con la gestión de la dirección deportiva de un club de baloncesto medio. 

La misión del club es clara: "Formar personas a través del baloncesto y ser competitivos a través de la formación del entrenador".

En una reunión previa con los entrenadores se les recalcó tres aspectos básicos:

- Humildad.
- Coherencia de sus conductas con la misión del club.
- Desobediencia inteligente. 

Para el inicio de la temporada, el mes de septiembre, donde todos los equipos estarán trabajando en el mes previo a la competición, o lo que se suele llamar pretemporada,  se han dado una serie de pautas desde la dirección deportiva.  

El club ha desarrollado una plataforma online en la que habrá un apartado donde los entrenadores tendrán que rellenar la planificación del mes de septiembre, centrada en los siguientes apartados:

1.Formación en valores. Tareas previstas en el mes para desarrollar esta área.
2.Formación del entrenador. Tareas previstas en el mes para desarrollar esta área.
3.Fundamentos. Individuales o colectivos previstos para el mes.
4.Objetivos. Objetivos previstos.
5.Evaluación. Evaluación general.


También habrá una ficha individual de cada uno de los jugadores a rellenar por los entrenadores. Es cualitativa, con una serie de apartados, de manera que puedan escribir lo que crean conveniente, en donde, previamente, se hace una definición de lo que es capacidad y habilidad, para que quede claro; capacidad es "aptitud, talento, cualidad que dispone a alguien para el buen ejercicio de algo", mientras que habilidad es "gracia y destreza en ejecutar algo". Los apartados a rellenar por los entrenadores son:

1. Intangibles. Capacidad de escucha, capacidad de atención, puntualidad, talento de saber obedecer, disciplina, rol en el equipo, etc.
2. Fundamentos individuales. Riesgo, atrevimiento, creatividad, uso apropiado de los fundamentos, elegancia, actitud frente al fallo, etc.
3. Fundamentos colectivos: capacidad de entender el juego, visión de juego, toma de decisiones, etc. 
4. Condición física, resistencia, velocidad de ejecución, explosividad, coordinación, etc.
5. Objetivos.Qué pretende conseguir el entrenador con la jugadora. Puntos de mejora. 


 De cara hacia los jugadores se recuerda a los entrenadores, los siguientes aspectos:

-Importancia de la preparación física. Recuperaciones.
-Trabajo de Fundamentos básicos.
-Fomentar el fallo.
-Intuición, atreverse, creatividad.
-Espacios al jugador. No dirigirles.


De cara a los entrenadores:

- Humildad.
- Coherencia con la misión del club. 
- Desarrollar la capacidad de atención.
- Métodos para corregir.
- Mejorar capacidad de concentración.
- Pensar por qué haces los ejercicios que haces (esa será la  pregunta del director deportivo (DT) cuando les vea por las pistas). 


Si algún entrenador quiere ir a los entrenamientos de otros entrenadores, tiene que notificarlo al DT. Al terminar la sesión tiene que mandar una retroalimentación al entrenador y al DT contestando a las siguientes preguntas:

- ¿Qué observarste?
- ¿Qué habrías hecho diferente?
- Vota positivamente sobre alguno de los puntos observados


A partir de estos puntos, el DT deberá centrar su atención en los entrenadores y ver cómo se desenvuelven en los puntos que se le han marcado. 

¿Lo ideal? Coordinar desde la descentralización. Que nazca del entrenador al DT. Coordinar desde la persona al banquillo. Fomentar la conversación, creación de líderes que creen otros líderes e infinitud de otras ideas que iremos poco a poco plasmando en el blog. 


sábado, 15 de agosto de 2015

¿Y ahora qué?

¿Y ahora qué?

Cuando conseguimos alcanzar una meta, lo más habitual suele ser disfrutarla poco tiempo, porque enseguida nos enfrentamos al siguiente reto. 

Podríamos pensar que pararse a reflexionar sobre lo conseguido podría ser arrogante, que únicamente hay que mirar hacia el futuro y los siguientes retos. Seguir trabajando duro para mejorar y llegar al siguiente paso. Es hacia lo que nos impulsa el entorno actual. 

Pero quizás sea más cuestión del camino que del destino. ¿Centrarme en lo hecho? ¿pensar sólo en el siguiente objetivo?. En el equilibrio radica la virtud. 

Me vienen a la cabeza dos conceptos básicos en una deportista en relación a este tema, humildad y conciencia. Y me vienen a la cabeza tres males que nos pueden conducir a caminos poco adecuados para el desarrollo de una deportista, la arrogancia, la complaciencia y la ignorancia. 

La humildad nos lleva a ser capaces de parar para analizar el camino recorrido sin ser pretenciosos, sin vanagloriarnos de nuestros logros. Limita la arrogancia. Tener perspectiva y capacidad, tanto de juicio crítico como de visión de disfrute y alegría por los pasos dados. 

La humildad nos conduce a ser conscientes de que no lo sabemos todo. Combate la ignoracia. Que los logroso conseguidos no son mérito exclusivamente de uno. Siempre hay personas que nos acompañan en el camino a quien agradecer su esfuerzos por ayudarnos a llegar a donde deseamos. Y eso no quita de evaluar y estar orgulloso de nuestro esfuerzo individual. De nuevo el equilibrio, mi esfuerzo individual junto con el apoyo de los demás. 

La humildad nos guía a saber disfrutar del camino siendo conscientes de que hay que continuar dando pasos en la dirección correcta. Minimiza la complaciencia. 

Todo es cuestión de equilibrio. Saber pararse a reflexionar pensando en los logros alcanzados y con la meta claramente definida. La experiencia sin reflexión no aporta nada. Debemos encontrar esos momentos para pensar. A ver aspectos de mejora, en el entrenamiento, en la vida diaria, en la competición. Sacar conclusiones, convertilas en propuestas de mejora. Aplicar las propuestas y volver a evaluarlas. Pensar para hacer. “Think to walk”. No solo es cuestión de seguir mirando hacia delante, planifica esos momentos de reflexión. 

Ser consciente. Sentir lo que te está sucendiendo en la carrera, en cada entrenamiento, en cada partido. Controlar lo que eres capaz de controlar y no dejar que te influyan agentes externos. Poner el foco. Ser consciente del camino, del extremo esfuerzo y sacrificio. saber lo que cuestan las cosas. Y tener conciencia de que llegado un punto, el progreso se ralentiza. Como decíamos en otro artículo, bienvenido al camino a la excelencia, a la maestría. 

Esta conciencia ayuda a disfrutar de la propia actividad que está realizando, disfrutar por el hecho de jugar al baloncesto, por el propio hecho de correr, más allá de conseguir objetivos. Eres feliz en ese preciso instante en que te dejas el alma en el entrenamiento, que es donde vas a pasar la mayor parte de tu tiempo como deportista. Parece contradictorio, pero disfrutas de ese momento de extremo esfuerzo, te sientes satisfecha,  pones tu cuerpo al límite pero te sientes realizada. Completa. Y creces. Eres consciente de cada acción. 

Avanzar con paso firme, reflexionando sobre el camino, siendo CONSCIENTE, y combatiendo la arrogancia, la complaciencia y la ignorancia con HUMILDAD. Agradecer, perdonar, no magnificar logros personales, escuchar, sentir a los demás. Entre otras cosas esto es humildad. 

Y mirar al futuro con ilusión. Disfrutando del camino. 



“It is about the journey, not the destination”

lunes, 3 de agosto de 2015

Pensar despacio a máxima velocidad

Una de las principales características de los deportes es la velocidad de ejecución, la gestual. La ejecución de los movimientos, las acciones o los gestos.
 
En un partido o en una carrera de velocidad todo transcurre muy rápido. Apenas hay tiempo para pensar. Si pestañeas te lo pierdes. Pasan demasiadas cosas en esas décimas de segundo.
 
Entonces, la primera duda que me surge es... ¿si pienso pierdo tiempo?¿hay que pensar para ejecutar? Pues dependerá de donde te encuentres en tu proceso de aprendizaje. Es muy recurrente el ejemplo de la acción de conducir. Cuando empiezas  a conducir piensas en todo lo que tienes que hacer. Cinco años despúes de estar conduciendo todos los días, no piensas en nada. Has transformado un acto consciente en inconsciente. A través de la práctica. Primera clave. ¿Qué conseguimos con esto? Realizar el gesto a mayor velocidad y también utilizar menos energía (fundamental en el deporte) volviéndote más eficiente (máximo rendimiento con el mínimo gasto).
 
En la ejecución de los gestos hay dos componentes principales, por un lado, la situación externa que me rodea y por el otro, lo que yo tengo que hacer. La deportista tiene que decidir de esa situación externa lo que es importante para ella. Y aquí entra a jugar la capacidad de atención. No centrarse o concentrarse, sino la capacidad de elegir dónde quieres poner tu atención.
 
Pero para centrar la atención en lo que quieres poner la atención  primero tienes que saber en qué quieres poner la atención (léase despacio que es un poco lioso, más por la torpeza del que escribe que otra cosa...).
 
Depende del deporte, habrá que prestar más la atención a la situación externa o no. Hoy nos centramos en una carrera de atletismo. Por cambiar de tercio.  
 
Si tienes rivales, serán agentes externos en lo que te puedes apoyar en un momento dado para conseguir progresar y batir tus marcas. ¿Y si no los tienes? Pues probablemente te tengas que centrar en tí.
 
Entonces..¿será quizás una pugna individual para establecer el control sobre la atención? La atención puede emplearse libremente para lograr centrarte en aquellos aspectos que consideras importantes. Es la atención la que selecciona las señales de información relevante. Y deberemos volver a ser eficientes, seleccionando el mínimo número de señales que me proporcionan la mayor cantidad de información para lograr el objetivo, pues debemos ser conscientes de que no se puede percibir o mantener enfocada más información de la que puede ser procesada de forma simultánea.
 
Yo puedo decidir en qué me tengo que centrar, pero probablemente, a lo largo de la carrera podrán aparecer pensamientos o intenciones de centrarme en otros aspectos. Y cuando entra en la mente una información del exterior que entra en conflicto con las metas o propósitos establecidos, en función de la amenaza, así se desviará la atención, de manera que quedará menos atención para ocuparse de los otros asuntos, desordenando la conciencia y atrayendo el desequilibrio, y muy probablemente alejándonos de aquello que perseguimos.
 
La señal de que una persona controla la conciencia o la mente es que tiene la habilidad de centrar su atención a voluntad, que puede evitar las distracciones y concentrarse tanto tiempo como lo necesite para alcanzar su objetivo con independencia de esos pensamientos o señales externas repentinas.
 
Si una atleta quiere mejorar su marca, y no tiene rivales, deberá poner la atención en lo que está bajo su control. El crono, la ausencia de rivales, el público, etc., son esos "inputs" que disturban, que hacen que la atleta utilice parte de su atención en señales ineficaces. Deja de utilizar su atención al 100% en aquello que ha decidido que quiere centrar la atención. Y mi mente entrará en conflicto.
 
Una manera de centrar la atención son las palabras claves. Una palabra corta que la deportista relaciona con una acción. De este modo, sólo recordando esa palabra sabe que se tiene que centrar en determinado gesto. No será necesario pelear para sacar de su mente ninguna otra señal, sino que la deportista estará tan centrada en el detalle que los pensamientos o señales no útiles, simplemente, se aburrirán y se irán de su cabeza. ¿Fácil? No creo. ¿Posible? Por supuesto. Sin duda.
 
Otra manera de centrar la atención es tener calma interior. Pero esta tarea es a largo plazo e intervienen muchos factores. Tener claros tus principios, que tu conducta sea coherente con ellos. Que tus objetivos o metas estén priorizados, y a su vez, sean coherentes con tus principios. Que lo que hagas te proporcione sentido, que te percibas realizado con esa tarea. Que te conozcas bien, tus virtudes, tus puntos a mejorar. Calma interior. Paz mental. Y atacar la competición con esa "concentración relajada" que te da un adecuado nivel de activación.  
 
El cerebro es como cualquier otro músculo, hay que entrenarlo. Aprovechemos los entrenamientos para trabajarlo. Y si lo que queremos es mejorar nuestra capacidad de atención, la deportista tiene 24 horas al día para hacerlo, no solo en el entreno; hay multitud de situaciones de nuestra vida diaria que nos ofrecen la posibilidad de centrar la atención. Simplemente, andar por la calle. ¿Cuántas veces has ido andando en automático sin fijarte en el entorno que te rodea? De repente te das cuenta que pasabas delante de una iglesia, de un parque o de un edificio.....
 
Como resumen:
1. Decidamos qué aspectos son relevantes para la deportista, los menos que me proporcionen la mayor cantidad de información.
2. Trabajemos en los entrenamientos en centrar la atención en ellos para transformar las tareas en actos inconscientes, siendo más eficientes y ahorrando energía.
3. Utilicemos palabras claves que nos ayuden a centrarnos en lo que queremos prestar atención y que mantengan fuera de nuestra mente a aquellas señales perturbadoras e inútiles para nuestros intereses.
4. Apliquemos las palabras claves en aquellos aspectos que están bajo nuestro control.
5. Trabajemos "el coco" siempre que podamos para mejorar nuestra capacidad de atención.
6. Entrenemos nuestros principios, nuestra conducta. Seamos coherentes. Busquemos la paz mental. La calma interior.
 
¿Conseguiremos pensar despacio a la máxima velocidad?¿Conseguiremos dejar de pensar a la máxima velocidad siendo gestual y energéticamente eficientes?