Tras las derrotas de España en las dos primeras fases del Europeo de 2013, la participación en cuartos de final se tornaba un tanto dubitativa.
En esta entrada no voy a entrar a valorar el juego o las decisiones de los entrenadores en los partidos. Voy a intentar vivir los días entre el último partido de la segunda fase contra Italia y justo el comienzo contra Serbia.
Cuando un equipo pierde y se encuentra en un campeonato en la situación que tenía España hace unos días se producen varias secuencias que conviven en paralelo.
Por un lado, reflexión individual del jugador. Revivir el partido, antes, durante y después, ¿qué he hecho mal?¿Y bien? Reflexiones individuales. ¿Mis compañeros?
Por otro, se producen reflexiones parceladas, es decir, comentarios entre grupos de dos o tres jugadores, los más afines a cada círculo o compañeros de habitación.
De ahí pasamos a reflexiones grupales, todos los jugadores juntos. La iniciativa parte de los más veteranos, los más característicos, etc. Sacan conclusiones, y muy interesantes, pues son parte clave en el desarrollo de los acontecimientos.
Ahora nos encontramos con los técnicos, los entrenadores, donde yo creo que les sobra un paso de los anteriormente mencionados, la reflexión parcelada, quedan reflexiones individuales y grupales.
A partir de este momento, se genera un espacio y tiempo clave en el progreso del colectivo. Poner en común todas esas reflexiones, sacar conclusiones y poner un rumbo al barco, con el que TODA la tripulación este de acuerdo. Charlas en hotel, comidas, desayunos, hablar tras los entrenos, etc.
Lo que se geste en esos días entre partidos, nada tiene que ver con la calidad técnica o táctica de los jugadores o conocimiento del baloncesto de los entrenadores, tiene que ver con la calidad humana, virtudes y valores que rodean a cada individuo y que ponen al servicio del colectivo. Como dice Julbe, "el baloncesto es un deporte individual, que se desarrolla en equipo" http://www.marca.com/2013/09/17/baloncesto/eurobasket/opinion/1379406296.html?a=85b0ce3318e70f53904e2ef7de5412d2&t=1379585308
Y en estas circunstancias, la frase de Julbe adquiere todo su esplendor. Es difícil encontrar el punto de inflexión que hace que los equipos tomen un rumbo u otro, pero lo que es cierto, es que el equilibrio es delicado y difícil de alcanzar y que España lo ha conseguido en numerosas ocasiones, pues ningun campeonato es un camino de rosas y que surgen dudas y dificultades, y que son las virtudes de las personas que forman el equipo (jugadores y cuerpo técnico) los que decantan la balanza hacia uno u otro lado.
Por cierto, las virturdes de las personas también se entrenan.
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