Anoche, viendo el programa de deportes de La Sexta visualicé, emocionado, un vídeo de baloncesto que quiero compartir con vosotros.
Un chico, con Síndrome de Down, anota la canasta ganadora de un partido de instituto, defendido por su hermano, además.
Atreviéndome demasiado, observo su técnica de tiro, el cómo se mueve en la defensa en zona e intuyo que a ese chico le apasiona el baloncesto y que trabaja cada día por mejorar en cada aspecto.
¿Cuántas veces hemos soñado con meter esa canasta? ¿cuántas veces lo habrá soñado él? El 5 de febrero de 2016, él metió la canasta pero, a juzgar por la alegría de compañeros, rivales y público, la metió por todos nosotros: ¡Jugón!
Un chico, con Síndrome de Down, anota la canasta ganadora de un partido de instituto, defendido por su hermano, además.
Atreviéndome demasiado, observo su técnica de tiro, el cómo se mueve en la defensa en zona e intuyo que a ese chico le apasiona el baloncesto y que trabaja cada día por mejorar en cada aspecto.
¿Cuántas veces hemos soñado con meter esa canasta? ¿cuántas veces lo habrá soñado él? El 5 de febrero de 2016, él metió la canasta pero, a juzgar por la alegría de compañeros, rivales y público, la metió por todos nosotros: ¡Jugón!
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