En estos días de descanso de baloncesto, te paras a reflexionar sobre algunas cuestiones, quizás trascendentales para algunos, quizás nimiedades para otros.
Echando un vistazo en las ligas que se juegan en Madrid, veo que empieza con categoría Nacional y Autonómica, tanto masculino y femenino. De ahí, baja a segunda autonómica, pasando luego por ligas universitarias, sub21, junior, cadete, etc. hasta llegar a benjamín. Ligas de nivel A1, A2 y la liga federada. No se contemplan ligas escolares o municipales.
No se cuantos equipos podrán salir de todo este volumen de ligas, pero muchos, y cada uno con su entrenador/a. Haciendo un cálculo rápido, podríamos decir que, desde Nacional hasta benjamín, en Madrid, habrá unos 500 equipos jugando cada fin de semana, y probablemente me quede corto. Si a este número le sumamos todos los que hay en las distintas provincias de España, pues el número se dispara.
También pienso en los entrenadores que, digamos, se encuentran en equipos de cierto nivel, ligas EBA, LF2, Leb Plata, y también los profesionales de este deporte, que serían los de ACB, Leb Oro y LF1.
De todos los entrenadores que he mencionado, los únicos que viven de este deporte son los que se encuentran en el último trío del párrafo anterior. El resto, el 97%, aproximadamente, de los entrenadores, el baloncesto es su afición o pasión, incluso aun estando el Leb Plata o LF2.
A partir de estos datos, yo me pregunto por qué entrenarán el 97% de los entrenadores, ¿para qué? Entiendo la noble aspiración de querer llegar a lo más alto, camino difícil, pero no imposible. Es loable y entendible querer ser entrenador de un LF1, por ejemplo, eso siempre hay que respetarlo. Evidentemente, con los números de antes, pocos llegarán hasta ahí. Con lo que de nuevo, me surge la pregunta de por qué entrenarán los entrenadores. Cuál será su "leitmotiv" (motivo que guía, en alemán), qué les moverá a ir a entrenar dos-tres veces a la semana y el partido del fin de semana. ¿Cómo entenderán el baloncesto?
No puede ser que se centren en las victorias y las derrotas, es imposible, sería de locos pensar que eso es lo que mueve a los entrenadores. Se frustarían, pues no siempre se gana. Probablemente, el motivo por el que son entrenadores, es porque les gusta mucho este deporte (algunos dicen que los entrenadores son los malos jugadores), y que lo practiquen desde la perspectiva del banquillo.
Creo que acierto en esta afirmación si considero que los entrenadores entrenan porque les gusta muchísimo el baloncesto. Y eso es muy bueno, pues tratarán de dar lo mejor de cada uno para hacer bien su trabajo. Este aspecto es clave.
Avanzando en la reflexión, me planteo cuáles serán los objetivos propuestos por cada uno. Quizás se ponga encima de la mesa la eterna dicotomía de ganar o formar - como si no pudieran ir juntas de la mano-, quizás haya entrenadores que busquen hacer mejores a sus jugadores, quizás simplemente enseñar baloncesto o hacer disfrutar a un grupo de niños de la posibilidad de hacer deporte.
Planteadas estas dos cuestiones, el motivo por el que entrenan, que hemos visto que es por pasión, y cuáles son los objetivos que buscan en cada temporada, me surge la cuestión de si para los entrenadores el baloncesto, independientemente de si se es profesional o no, es un FIN o un MEDIO. Podríamos definir el FIN como "aquello en virtud de lo cual se hace algo, como el motivo o finalidad de una acción, mientras que un MEDIO sería "aquel fin que se quiere por otra cosa y no por sí mismo".
Sin caer en cuestiones filosóficas, diríamos que si el baloncesto es un fin podría frustrarnos como personas, pues alcanzar los objetivos planteados, de dificil medición, suele ser tarea prácticamente imposible.
Quizás, y este es mi punto de vista, deberíamos considerar el baloncesto como un MEDIO para alcanzar otras metas. Metas fundamentalmente "invisibles". Y para mi las más importantes serían:
- La primera, crecer como persona alrededor de mi equipo, jugadores y cuerpo técnico, estudiando baloncesto para conseguir que sean mejores jugadores y mejor equipo, ser un ejemplo para los jugadores y tener HUMILDAD para aprender de todo el entorno que me rodea.
- La segunda meta, igual de importante que la anterior, es formar BUENAS PERSONAS que aporten positiva y constructivamente a esta sociedad, donde cada día es más complicado vivir en armonía, utilizando el baloncesto como herramienta. El baloncesto como HERRAMIENTA.
Al inicio de la entrada hacía un recuento de la gran cantidad de entrenadores de baloncesto que hay. La capacidad que tenemos de influir positivamente en esta sociedad es enorme. Y el baloncesto es un MEDIO fantástico para motivar a nuestros jugadores y ayudarles en su correcto desarrollo como personas. Ya seas entrenador profesional o amater.
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