Hacía un calor tremendo en la ciudad y me dió por pensar si las chicas estarían mejor con sus amigas en la piscina o en la pista entrenando.
Desde luego, han estado todo el año entrenando, estudiando, etc., sin parar. ¿Merece la pena un entrenamiento con este calor en el mes de julio?¿qué ventajas puede tener?¿el sacrificio, la constancia y la perseverancia? Seguro que si, pero....¿y es necesario para ellas?¿lo quieren?¿qué buscarán ellas en el basket?
El caso es que llegué a la conclusión de que el mejor entrenamiento era el no entrenar.
Lo propuse por el grupo nuestro, y en función de sus personalidades, pues contestaron todas de una manera discreta y sin querer herir mi sensibilidad de entrenador que le gusta entrenar, que era mejor estar en la piscina con las amigas. Y aunque ellas no lo percibieran, yo pensaba igual. Hubo una que sí quería entrenar.
Aproveché para decirlas que es fundamental que nuestra relación se base en la CONFIANZA, que a su vez se basa en la SINCERIDAD. Que era necesario que expresaran sus opiniones aunque fueran diferentes a las mías o las de otras compañeras, siempre que se hiciera con RESPETO y con voluntad de crecer.
Hubo una que quiso entrenar. Y allí estuve con ella trabajando la mecánica de tiro y detalles del 1c1. Hacía calor, pero ella quería entrenar.
Me gustó mucho que ella viniera a entrenar, pero igualmente me gustó que las demás no vinieran y pasaran la tarde en la piscina con sus amigas.
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