domingo, 30 de julio de 2023

Las medallas de cada verano en el baloncesto de cantera

La Federación Española de Baloncesto (FEB) no es responsable de la formación de ni los jugadores ni los entrenadores.
Verano tras verano las selecciones de cantera españolas pelean por las medallas de forma habitual.
    ¿Son nuestros jugadores los mejores?¿Lo son los equipos? ¿Es una combinación de ambas? ¿Por qué ganamos con habitualidad? ¿Es vestir la camiseta de la selección española un orgullo, privilegio, atractivo y acicate para los jugadores? Evidente es que representar a España sirve a los jugadores y entrenadores a crecer en su desarrollo deportivo. Además de ser un elemento de prestigio en sus expedientes.
    Si los clubes son los responsables de la formación de los jugadores y entrenadores de los que la FEB se nutre todos los veranos, podríamos deducir que descansa en ellos gran parte del éxito de nuestro baloncesto de cantera de selecciones. Así lo creo. Pero la realidad es que es un factor necesario pero no suficiente para ganar medallas en competiciones internacionales.
    La FEB es una organización muy bien gestionada. Creo que ahí radica el éxito: en su capacidad de gestión, enlazando el excelente trabajo de cientos de clubes con una puesta en escena táctica coherente en todas las categorías. Pero esta gestión no es exclusiva del área técnica, que también, sino que reposa en una eficiente organización en otras áreas que trabajan simultáneamente con la deportiva: comunicación pública, finanzas, recursos humanos, competiciones, recursos materiales, etc.
    Y existe un tercer escalón intermedio que también tiene un papel protagonista y decisivo (como cualquier directivo intermedio en las grandes organizaciones), que no son otras que las federaciones autonómicas. Éstas en su proceso de selección provincial y regional, son un filtro de detección de la calidad entre la cantidad. Además son responsables de la formación inicial académica de los entrenadores y de las ligas locales.
        Por lo tanto, en el baloncesto español se solapa un trabajo excelente en los clubes de nuestra geografía, donde multitud de entrenadores apasionados y con voluntad de ayudar al deportista, crean una base amplia en cantidad y calidad, con las federaciones autonómicas como escalón directivo intermedio y bisagra con la organización en la parte alta de la pirámide, la FEB, que sabe recoger los frutos de todo ese trabajo y a través de una excelente organización es capaz de hacer competitivos a las selecciones en los torneos internacionales.
    Quizás, sin quererlo - o no -, nos hemos puesto de acuerdo muchos españoles en algo.

sábado, 19 de marzo de 2022

¿Cuentan los errores de los jugadores “titulares” igual que los de los “suplentes”?

 ¿Cuentan los errores de los jugadores “titulares” igual que los de los “suplentes”?

Lancé esta pregunta en Twitter y dada la abundacia, calidad y diversidad de respuestas, quiero agrupar las ideas en un único texto. 


Dar en primer lugar gracias a todos los comentarios. Son enriquecedores. 


¿Hay que centrarse en quién comete el error o debemos prestar atención a tipo de error con independencia de quien lo haya hecho? Esta interesante perspectiva elimina de un plumazo la condición de titular o suplente. 


Por otro lado es innegable que hay jugadores con más impacto en el juego que otros, y que en determinadas circunstancias el reparto de minutos no tiene porqué ser democrático. Lo que directamente provoca que quien está más tiempo en pista cometerá más errores, luego se podrá ser más permisivo con ellos, porque muy probablemente también generen más aciertos. 


El entrenador debe ser justo. ¿Significa igualdad para todos en tiempos en pista?¿Nuestras decisiones deben ser las mismas ante el error de cualquier jugador? ¿Implica esta idea de justicia tratar a todos por igual?


Si penalizo al “suplente” con el banquillo en sus primeros errores, ¿Estoy alimentando el proceso vicioso de: “salgo a pista-cometo error-no me atrevo-baja confianza-salgo y no soy valiente-comento error-banquillo-baja confianza-juego menos-soy suplente”. 


No hay que castigar al jugador por sus errores, sino por su actitud. Pero si quieres competir para ganar es innegable que hay jugadores que te proporcionan más que otros en la pista. Aunque esta idea no debe llevar a anular a nuestros “suplentes”. 


Por último una experiencia personal; yo aprovecho a los entrenadores ayudantes en partido a que estén hablando con los “suplentes” mientras están en banquillo para leer el partido y las acciones de sus compañeros. Así cuando entren en pista vivan el juego que ya estaban jugando en el banquillo. Y al dejar la pista el entrenador hace con é micro análisis constructivos y positivos para mejorar su rendimiento en su siguiente participación en el juego. 

lunes, 17 de enero de 2022

Jugadores de entrenamiento y banquillo

Habitualmente estamos educados para pensar de manera lineal. Un efecto, una causa. Y vinculados en un espacio de tiempo relativamente corto. 


Cuando el entrenador no permite a ciertos jugadores sentirse partícipes del logro colectivo por su poca participación, quizás no generen un efecto pernicioso a corto plazo en la persona. Si se gana el partido, me imagino que no. Ya que al vencer, aun sin haber jugado mucho, probalmente esos jugadores estará contentos (las primeras veces). 


Pero a largo plazo esos jugadores de “entrenamiento y banquillo“ abandonarán la práctica deportiva por aburrimiento o decepción. O por sentimiento de inferioridad o sensación de no “ser tan buenos” como los otros. 


Probablemente, esos entrenadores busquen argumentos que justifiquen el abandono deportivo. Pensarán que su nefasta y selectiva intervención no ha sido un factor determinante. Será culpa del jugador, y el entrenador se justificará internamente acusando al deportista por no haber sabido tener el compromiso necesario para el equipo u otro tipo de desfachateces. Así razonan los entrenadores cegados por la competición. Imaginaros tener que aguantar entrenadores así año tras año. Y como no sabemos pensar más que con el limitado recurso “causa-efecto”, no seremos capaces de entender que deja el deporte, no por lo que ha pasado esa temporada, sino por varios años de negligente comportamiento de algunos entrenadores. Los jugadores terminan por cansarse y aburrirse de esa manera de entender el deporte y dejan de jugar. 

martes, 28 de septiembre de 2021

El entrenador y los padres

Los padres son una pieza fundamental en el entorno de un deportista, especialmente en las primeras etapas. Tienen que estar incluidos en las dinámicas de los equipos de cantera o en los deportistas de iniciación ya que son la parte más importante de su entorno.


El crecimiento de los equipos dependen también de lo que el entrenador conozca a sus jugadores. ¿Y quien mejor conoce al niño que sus padres?  Es lógico entonces que te relaciones con los padres. Son los que más te pueden ayudar a entender la personalidad de tu jugador. 


No los excluyas. Gánatelos. Ellos están de nuestra parte. Seguro. No nos excusemos en casos particulares de algún padre para establecer normas generales que limitarán a una mayoría que pretende lo mejor para sus hijos, es decir, lo mismo que nosotros. Evidentemente lleva su trabajo: aprender a conversar, a poner límites con quien haya que ponerlos, etc. Pero si el objetivo es el mismo (y si no lo es para algunos, trabaja para que lo sea), entonces, debemos empezar a pensar que los padres están en el mismo bando y que forman parte del equipo.


¿Cómo incluir a los padres? Aquí van algunas ideas:

  • Invitarlos a la charla pre partido. Que escuchen cómo te diriges a los jugadores, y lo que propones en cada partido. Sé que suena arriesgado. Yo lo he hecho. Y al final, dejaron de ir para tomarse el café mientras el equipo calentaba. Pero estaba abierto a ellos. Lo que hicieron fue simplemente escuchar. Mi intención era que observaran el partido con otros ojos. Y fueran más allá de las acciones de sus hijos. 
  • Mandarles un mensaje por el grupo de whatsupp (si lo tienes) donde pongas los objetivos que pretendes con el partido. Así tendrán una referencia de tu idea del partido y sabrán mirarlo de otra manera. 
  • Charlar con ellos 5 minutos al terminar el entreno y explicar lo que has hecho o preguntas que quieran hacer. Puedes hacerlo con el grupo de padres que esté o acercarte individualmente a alguno para comentar algo particular de su hijo. 
  • Exponer en una charla lo que quieres conseguir y más importante, cómo lo quieres conseguir. Especialmente, charla de inicio de temporada. 
  • Programar actividades que integren padres y jugadoras, con el entrenador incluido. 

También me gustaría hacer una pequeña mención a cómo comunicarse con ellos, desde mi propia experiencia, tanto como entrenador y como padre que ha escuchado a los entrenadores de mis hijas:

  • Son padres, son adultos, son responsables de sus hijos y de la educación que les dan. Eso implica que nosotros no somos los responsables de su educación, no debiendo juzgar si es la correcta  o no.
  • En general van a estar de tu lado, aunque puede haber alguno que crea que no lo estás haciendo bien, tanto en el aspecto técnico como el de gestión humana. A estos, mi recomendación es que quedes con ellos aparte y les escuches lo que te tienen que decir. Y después, reflexiona sobre lo que te han dicho, lo que tu propones y haces y vuelve a quedar con él una segunda vez para explicarle educadamente tu posición y punto de vista.
  • Recuerda que son tus actos en la banda durante los partidos y lo que haces durante los entrenamientos con tus jugadores lo que realmente van a valorar, más allá de tus palabras.
  • Tu edad es un factor en la relación con ellos, ya seas un igual, mayor o menor en edad. Fundamentalmente se hará notorio en la conversación individual. Se educado y respetuoso, aunque ellos no lo sean. También se firme y claro.
  • Ante cualquier conflicto que no se resuelva por los jugadores o por ti, puedes incluir al padre correspondiente, debiendo tener conocimiento tu director técnico (DT), y si no se resuelve así, será el DT quien deba gestionarlo junto a ti, el padre y el jugador. Se deberían obtener propuestas claras y concretas.   

Sitúate por un momento en su posición. Se padre de los jugadores de tu equipo. ¿En qué crees que se van a fijar para evaluarte como entrenador adecuado para sus hijos?


Pues además de enseñarle baloncesto, los padres se centrarán en los siguientes puntos, en relación a sus hijos, que son quien les importa a ellos: 

  • Cómo el entrenador reparte los minutos de juego en un partido, evidentemente, los de su hijo.
  • Cómo se comunica con los jugadores, si les grita o les dice constantemente lo que tienen que hacer.
  • Qué hace el entrenador cuando un jugador falla. ¿Se lamenta?¿Se queja?¿Le dice lo que ha hecho mal? Entonces se está centrando en el resultado final y no sabe utilizar el fallo para que el jugador aprenda.
  • La actitud del entrenador cuando el equipo lleva un marcador abultado en contra. Si está sentado o de pie dando la cara por ellos y asumiendo responsabilidades.  
  • Qué hace el entrenador cuando pide un tiempo muerto por una racha negativa de vuestro equipo. ¿Hace aspavientos?¿Grita?¿Pizarra al suelo?¿Gestos de negación con la cabeza? Estas son señales de que piensa que la culpa es de los jugadores y poco tiene de autocrítica el mismo. 
  • Si habla con todos los jugadores o sólo se centra en algunos. 
  • Si el entrenador permanece involucrado en la dinámica de los entrenamientos o si por el contrario a veces se sienta o charla con otros entrenadores. Si se dedica a mirar el móvil…
  • Si el entrenador en los entrenamientos está haciendo demasiado rato el mismo ejercicio (puede hacer el mismo movimiento de los jugadores pero con objetivos diferentes, eso sería distinto) o si abusa del juego del 3c3, 4c4 o 5c5, eso significará que no lleva muy bien preparados los entrenos (lo que conduce a pensar que le importa poco el crecimiento de tu hijo). 


Es cierto, que más de uno se habrá encontrado con los siguientes perfiles:


  • Piensa que su hijo es mejor que otro.
  • Anota los puntos que mete su hijo en partido.
  • Le da órdenes a su hijo durante el partido del tipo: "pasa, tira, entra, defiende, cuidado, pero qué haces, etc., “
  • Los temas habituales cuando vuelven del entrenamiento o partido son: el entrenador y sus decisiones de los ejercicios que hace en el entreno, los cambios que efectúa en el partido o los tiempos muertos que pide,etc.
  • Piensa que los árbitros siempre están en contra de su hijo.
  • Piensa que "si no cambian las cosas y empezamos a ganar, me voy con el niño a otro club”.

Por lo general, todos los carteles en los pabellones del tipo "juega con respeto", mandamientos deportivos, escritos sobre valores en el deporte, etc., y que suelen ser leídos por aquellos padres que sienten la responsabilidad de apoyar a sus hijos en una práctica deportiva para que les proporcione enseñanzas, tanto en la pista, como en su vida personal. Padres cuya pretensión es que sus hijos jueguen mejor cada día al deporte que han elegido, aprendan a competir, salgan a ganar al campo, pero siempre, utilizando un determinado camino conocido por todos. 


Y luego están los "otros padres" que ni leen, ni ven, ni escuchan ni decálogos ni mandamientos ni nada. Con ellos no va la película. Pero hacen ruido, calumnian, protestan, se quejan y, con perdón de la expresión, "no paran de dar por saco día tras día". ¿Cómo actuar con ellos?


La primera idea es hablar, reflexionar sobre el problema que plantean (porque siempre van a plantear un problema) aunque tienes que saber que "hagas lo que hagas, da igual...les importa un pepino. No saben escuchar, tienen su idea propia y siempre van a criticar destructivamente". 


Desde este prisma, las actitudes tolerantes, dialogantes, empáticas, integradoras, etc., no suelen funcionar con ellos. Tienen que ser el primer paso, evidentemente, pues es la forma de ser de las buenas personas, pero sabiendo que no tendrán resultado en la mayoría de las ocasiones (y si lo tienen, bienvenido sea). A partir de aquí, segunda idea, "no cambies tu forma de trabajar por ellos, confía en ti y se consciente de todos aquellos que sí creen en lo que estás haciendo". 


El mensaje no es que no cambies tu forma de trabajar, el buen entrenador tiene su base, y siempre está dispuesto a revisar ideas, conceptos, procedimientos, etc., pero no lo hagas por las quejas de este tipo de gente. 


Tercera idea, "eres quien eres, y no pretendas ser quienes otros quieren que seas". Aunque parezca un trabalenguas, si lo lees despacio se entenderá el mensaje. Tienes una forma de ser que se debe reflejar en la pista. Se tú mismo. Te irá mucho mejor, con tus virtudes y tus defectos. No pretendas ser quien no eres, y menos quien otros quieren que seas. 


Cuarta idea. Transigir es consentir. Si no te gustan determinadas actitudes en los partidos o entrenos, del tipo, "yo dirijo a mi hija", "protesto lo que y como me da la gana al árbitro", con total educación y respecto, hazlo saber. Pero hay que ser inteligente.


Quinta idea, "nunca hables sólo a solas con ellos, siempre busca aliados". Si te piden hablar para comentar cosas sobre sus hijos, no vayas solo, busca aliados, que esté presente el DT, alguien de la junta directiva, porque lo que suele pasar es que tus palabras las confundirán, las malinterpretarán (intencionada o no intencionadamente), pongan en boca tuya frases que no has dicho, sino interpretaciones suyas. Así que, no vayas nunca solo con este tipo de personas, pues parte de su "negocio" se basa en; "es que tu dijiste" y prentenderán que entres en la guerra de "no lo que yo quería decir...", etc. Ya sabes que de lo que piensas decir a lo que dices, a lo que oyen y lo que interprentan, con este tipo de gente, hay una gran diferencia del principio (lo que piensas decir) al final (lo que interpretan).


Sexta idea, "ahí está la puerta". Si el trabajo está razonado, y, tanto el DT como junta directiva, están en la misma línea que tú (que en condiciones normales es así), y tras dar los "primeros pasos de buenas personas" que antes mencionabamos (reuniones, etc.), el mensaje para ellos es claro. De esta línea no nos movemos, es, por así decirlo, filosofía. Y en ella creemos y tenemos nuestros argumentos y razones. Si no te gusta.....


Séptima y última idea, "dale la vuelta a a tortilla, y trata el tema con humor". Que este tipo de padres no suponga un problema. Aprovecha el conflicto para aprender, para mejorar como entrenador, en tu comunicación, a potenciar las relaciones del club, etc., una piedra en el camino no es un obstáculo, es una oportunidad. Y no te olvides de tratar el tema con humor, ten perspectiva. 


Y cuando tengas que elegir jugadores la próxima temporada, no vendría mal una entrevista con los padres.... 


Quisiera hacer una última apreciación a la hora de relacionarnos con los padres. Y es referente a la comunicación. Debemos saber cuándo, cómo, dónde y qué debemos decirles. Particularizando en los grupos de WhatsUpp o de cualquier otra red social, yo siempre he aconsejado a otros entrenadores que sólo se utilice para información general del tipo, horas de entrenamiento, cuándo se queda para el partido, etc. Se debe evitar utilizarla para vertir valoraciones, opiniones o relatar hechos ya que la interpretación acampa a sus anchas en esta situación, y los padres tienen un componente emocional hacia sus hijos lógico y natural, que puede desembocar en una conversación malinterpretada y farragosa. Es mejor utilizar unos minutos después de un entrenamiento, cara a cara. 

miércoles, 30 de septiembre de 2020

Un mes sin oposición

Llevamos un mes entrenando con un alevin masculino, sin oposición y con mascarilla. 

Cada generación es diferente y cada grupo también. 

No sé cuánto habrá condicionado el hecho de no tener oposición en los ejercicios, pero la primera observación es que los chavales tienen un mayor nivel de ATENCIÓN a los detalles. Y durante todo el entrenamiento, lo que significa que están mostrando una mayor facilidad para estar concentrados (concentración= atención prolongada). 

Son capaces más rápidamente de entender las dinámicas de los ejercicios, especialmente en las evoluciones que introducimos (van acumulando tareas en la misma dinámica) que lo hacen más complicado: la mano con la que tienen que pasar, la arrancada que pedimos, los apoyos, los cortes sin balón, etc. Incluso el juego 3c0 que hemos propuesto alguna vez lo han "pillado" mucho más rápido que equipos de otros años (línea agresiva-fácil, puertas atrás, etc.).  

¿Influirá el no tener oposición? Si fuera así será porque no tienen este factor más de atención (y con bastante peso específico) y pueden dirigir su mirada y su pensamiento con mayor precisión a otros aspectos. 

El no tener oposición hace irreal el juego, ya que es la esencia de la toma de decisiones. Pero la pregunta que me ronda es si no sería bueno que en las 2-3 primeras semanas de cada temporada se trabajara sin oposición con el propósito de asentar con mayor consistencia la capacidad de atención. 

Los entrenadores viendo esta tendencia hemos fomentado, recalcado y alabado a los jugadores lo bien que lo están haciendo en esta área de la atención.