Hace unos días pusimos este tweet en nuestra cuenta: "No hay que enseñar a pensar al jugador, sino a tomar buenas decisiones. Las acciones en baloncesto son inconscientes. No hay tiempo para pensar".
Evidentemente, en un mensaje de 140 caracteres es muy dificil concentrar una idea. Lo que queríamos era expresar que hay otras formas de enseñar baloncesto a las jugadoras, y que son en función de cómo trabaja nuestro cerebro cuando tomamos las decisiones en baloncesto.
Evidentemente, no es lo mismo enseñar a una benjamín que a una junior. Cada una tiene desarrolladas cualidades físicas diferentes y es capaz de dominar diferente número de referencias.
Quizás podríamos decir que en el proceso de aprendizaje de una jugadora, hay que "enseñar a pensar para dejar de pensar".
Distintos artículos, revistas especializadas o documentales expresan la teoría de que el cerebro tiene dos maneras de trabajar, la racional-consciente-analítica-meditada y la irracional-inconsciente-emocional-espontanea. Hace mucho tiempo sólo disponíamos del cerebro inconsciente (sistema límbico), que se preocupaba de las emociones básicas, de tomar acción inmediata, sin pararse a pensar. Al evolucionar ese cerebro inconsciente fue cubierto por uno nuevo (corteza cerebral), el racional, el consciente, aunque el otro no desapareció. Ambos cerebros están conectados, no son independientes el uno del otro, de ahí que, por ejemplo, tengamos control sobre nuestras emociones.
La primera forma de trababar del cerebro, la consciente, consiste tal y como puso muy adecuadamente Antonio Canovas (@Antonio_savonac) en un tweet, el pensamiento consciente: "neurona sensorial + asociación + procesamiento + neurona motora".
Supuestamente, en este tipo de pensamiento, y sin ser ningún entendido en la materia, el cerebro recoge la información de los ojos, pasa por el sistema límbico y se la envía - parcialmente - a sistema cerebral, donde la procesa y manda una orden a distintas partes del cuerpo. Esta es una acción analítica, racional.
Pero existe otro tipo de pensamiento en nosotros, el irracional, donde no actúa la razón, sino el inconsciente. De él se encarga el sistema límbico, que entre otras cosas, ciertos estudios dicen que tiene peso en la capacidad de aprendizaje y la memoria. Aquí no se envía la información al sistema cerebral, sino que directamente manda la orden motora que hay que realizar. Por ejemplo, si alguien te gasta la broma de que te va a tirar un vaso de agua, tu reacción inmediata es evitarlo, y eso es una acción incosciente.
El baloncesto es un juego donde las acciones se desarrollan rápidamente, con mucho tráfico de jugadores y un balón que hay encensar o evitar que lo encesten. Todos aquellos que hayáis jugado, sabéis que no te da tiempo a pensar en muchas de las acciones que haces. Son inconscientes. Esto no significa que no se piense, que no haya acciones conscientes.
Podríamos poner como ejemplo de acción racional cuando una jugadora sube el balón y el equipo contrario se ha puesto en zona, ahí la jugadora tiene suficiente tiempo como para percibir el tipo de defensa, procesar esa información, y mandar colocar a sus compañeras en una posición determinada.
Y por otro lado, cualquier tiro en situación de partido, por ejemplo, exceptuando el tiro libre, lo podríamos consideran un acto inconsciente. La jugadora tira, no se para a pensar si es bueno tirar ahora o no. Simplemente, tira. Por ejemplo, en la Copa del Rey 2014, en la última acción, en la que Sergio Rodriguez pasa el balón a Llull para que este termine encestando y conquistar el torneo, ¿fue un acto consciente o inconsciente?
¿Y en función de la consciencia o inconsciencia cómo deberíamos enseñar a jugar al baloncesto?
Es evidente que se necesita una base de fundamentos individuales necesarios, la acción motora, para poder jugar, pero sobre todo, considero que la clave es enseñar a tomar buenas decisiones durante el juego. Y las decisones, en la mayoría de las ocasiones, se toman sin pensar, esas acciones de 1c1, de si tiro o paso o penetro y doblo,etc., son decisiones que se toman de forma inmendiata. Decisiones tomadas desde nuestro sistema límbico, el de la espontaneidad o la inconsciencia.
¿Y cómo entrenamos los actos inconscientes? ¿Cómo transformamos acciones conscientes en inconscientes?¿Cómo enseñamos a tomar buenas decisiones?¿Cómo conseguimos que esas buenas decisiones se tomen rápidamente?
En este proceso inicial de enseñanza-aprendizaje, es evidente que la jugadora tiene que pensar en su acción. En los detalles que harán que sea un gesto correcto y consiga el objetivo propuesto. Aquí, podríamos hablar de la necesidad de pensar en el gesto, en sus detalles, en estar centrada en cada paso del gesto. Se podría hablar de una primera etapa en donde la jugadora es consciente de los gestos que realiza. Trabajo del cerebro racional. Consciencia. Análisis. Acciones meditadas.
A medida que la jugadora crece, adquiere mayores capacidades físicas y desarrolla habilidades técnicas, y es capaz de dominar mayor número de referencias. Podríamos empezar a trabajar con ella el trabajo de las acciones inconscientes. El transformar esos gestos conscientes en inconscientes. Dejar de pensar para empezar a actuar. Dejar de ver para empezar a sentir. Dejar de lado la razón para empezar a utilizar la emoción. La espontaneidad.
A continuación, dejo algunas ideas de cómo creo que nos podríamos aproximar a un entrenamiento que contestara a las preguntas que nos planteamos anteriormente.
Pues en primer lugar, creo que hay que generar un entorno cómodo, alegre y confiado para que la jugadora se pueda expresar en la pista sin miedo alguno en el error.
También hay que saber trabajar en el modo de corregir. Tienen que ser todo refuerzos positivos. Algunos expertos hablan de “la teoría del Sandwich” a la hora de corregir. Si tu quieres cambiar una conducta, primero da un refuerzo positivo, después plantea la corrección o cambio y posteriormente, vuelve al refuerzo positivo, al mensaje esperanzador de que lo va a conseguir.
Las repeticiones son necesarias, como lo han sido las horas de coche para que no piense en cambiar la marcha o girar el volante. Repetir un gesto hace que yo envíe ese gesto a una "celda de memoria" en mi cerebro para que forme parte de mis acciones motoras. Repetir una toma de cisión. Es una acción mía, que está interiorizada. Como las que hacían millones de años los animales para conseguir comida o escapar de una amenaza. La automatización de una acción conduce a su inconsciencia. Repeticiones no significa aburrimiento o de ejercicios repetitivos. El número de horas de entrenamiento también influye en esta automatización de gestos o decisiones.
Las repeticiones y los ejercicios están bien. Pero es en el juego donde la jugadora se va a expresar, donde se le van a plantear situaciones inéditas que tendrá que resolver con una decisión. Es decir, jugar. Hay que jugar. Aunque sea un 2c2. Las jugadoras tienen que tomar decisiones, y también tendrán que proponer opciones. Es decir, si estoy realizando un 1c1 y no tengo éxito, el resto de jugadoras tendrán que proponer alternativas u opciones al balón, para que la jugadora con balón pueda tomar una decisión de entre las opciones que aparezcan.
Es en el juego donde empezarán la transformación de actos conscientes en inconscientes. En buena toma de decisiones. Acordaros, si es un error, habrá que corregir la conducta, si es un fallo, habrá que corregir los fundamentos. Estar debajo de aro sola y no tirar, un error; tirar y no meter, un fallo.
Respecto al juego, no es lo mismo un 2c2 que un 5c5. A medida que aumentamos el número de jugadoras en la pista, aumentan las opciones y las posibilidades de elegir. Hay que conocer las capacidades y habilidades de las jugadoras que estoy entrenando. Recordad que estamos enseñando. Evidentemente, el partido se juega en un 5c5, pero eso no nos tiene que nublar en los pacientes pasos a dar en el proceso de aprendizaje de las jugadoras.
Otro aspecto importante a la hora de empezar a trabajar los actos inconscientes es conocer a la persona. Saber sus virtudes, lo que lesgusta y les disgusta. Cómo perciben su entorno, cómo enfoncan la vida. La mochila de experiencias vividas es una parte importante en la jugadora, y ese conocimiento ayudará al entrenador a entender a la persona y su comportamiento en la pista. Y nos ayudará, como entrenadores, a enseñarla mejor. Esa jugadora que no se atreve con un 1c1 y busca pasar el balón. La otra que no tiene confianza y no tira. La interior que no es capaz de retener el balón más de un segundo para leer el juego. Muchas de esas acciones se pueden trabajar desde el conocimiento de la persona. Desde su personalidad, su mentalidad.
Para ayudar a la jugadora en la toma de decisiones inconscientes se puede crear una “base de datos de situaciones y acciones”. Es decir, y volviendo a la situación de Sergio Rodriguez y Llull en la Copa del Rey. Cuando rompo en el 1c1 y penetro al aro, las opciones son finalizar mi 1c1 (que ya sabéis que el 1c1 se gana de poco), como hizo San Emeterio en aquella liga contra el Barcelona, o doblar el balón como hizo Rodriguez. ¿En función de que tomo la decisión? En sensaciones, en intuición. Y será inconsciente, rápida, sin tiempo para pensar, solo sentir. Entro y me sale alguien grande, pero me juego una pérdida de paso que descoloca al taponador, por ejemplo, o doblo el balón porque “sé” que allí está mi compañera.
Esta sería un dato a incorporar en mi base de datos. Penetrar es finalizar o doblar. Esas son tus opciones. A medida que crecen, en capacidades y habilidades, podrá doblar en la dirección de mi visión o hacia el lado contrario con alguien en la línea de triple. Y luego están los genios, como Sergio Rodriguez o Ricky Rubio o Steve Nash que verán esa línea de pase que ninguno hemos sido capaces de ver. Y eso ¿no son emociones?¿Sensaciones?.
Hay ejercicios simples que recrean situaciones del juego. Ayudar a la jugadora a comprender que ese ejercicio se da en el juego. Y posteriormente, cuando se juegue y realicen una acción o tomen una decisión trabajada en un ejercicio propuesto, hacérselo ver, para que entiendan el por qué de la realización de aquel ejercicio.
Cómo comunicamos, nuestros tonos, los momentos para hablar, nuestra comunicación corporal, la no verbal. Es clave para ayudar a la jugadora. Y el buen entrenador tiene que trabajar para preparar su comunicación antes de un entrenamiento.
Ponerse las gafas de “ver lo bueno”. Y manifestarlo, hacerlo público, de manera que la jugadora sea CONSCIENTE de sus mejoras y de que “mola” jugarsela y arriesgar. Que es bueno intentarlo y que no importa tanto el resultado final como el hecho de disfrutar del esfuerzo de intentarlo. Que disfruten, y tu como entrenador, disfrutar del entrenamiento. Del camino.
KISS. “Keep it simple, stupid”, dicen los americanos. No complicar las cosas, ni pretender alcanzar muchos objetivos en cada sesión. Paso a paso, como dice Chema Buceta, psicólogo deportivo: “un balón y dos piedras, suficiente para el juego”. Paciencia en el logro individual o colectivo, incluso con tus objetivos como entrenador.
Darle criterios de interpretación a la jugadora. Que sepa interpretar las acciones y reacciones de su defensora o de otras defensoras. Criterios de los movimientos de sus compañeras. Ejemplo sencillo. Yo con el balón y enfrentándome al 1c1 y de repente, una compañera realiza un corte que le deja sola debajo del aro. Pues el criterio es pasar el balón a la jugadora que en mejor disposición esté de conseguir la canasta. En el 1c1, por ejemplo, el criterio puede ser ver si la defensora me ataca a quitar el balón atacarla por el lado que más desequilibrada este. Esto son criterios que le proporcionamos a la jugadora para actuar y tomar decisiones en función de lo que está pasando en el campo.
Esta imagen podría ser un diagrama de flujo del proceso de cómo transformar acciones conscientes lentas, en acciones inconscientes rápidas. Buenas tomas de decisiones.
Decisiones conscientes - decisiones inconscientes |
Y es curioso, porque todas la indicaciones para realizar este tipo de entrenamiento van orientadas al entrenador. No al entrenamiento, ni a la jugadora. Al entrenador. Quizás los entrenadores deberíamos planificar mejor en cada entrenamiento cómo queremos entrenar, cómo vamos a comunicar, a corregir, qué queremos mejorar, preocuparnos por conocer a la persona y no fijarnos en la jugadora nada más, ponernos las gafas de “ver lo bueno”, “las progresiones” y reforzar positivamente, mostrar la “base de datos de la toma de decisiones”, aportar a la jugadora en el juego, dar tiempo y espacio al juego en los entrenos, etc.
Está claro que cada jugadora es diferente, que hay condicionantes genéticos que vienen “de serie” y que habrá jugadoras con más talento que otras. Pero, estoy convencido, que todas las de tu equipo les gusta, y mucho, el baloncesto, y ese es un fantástico punto de partida para empezar a entrenar de otra forma y hacer que tus jugadoras sean mejores jugadoras y disfruten del baloncesto tomando buenas y rápidas decisiones.
Ahora que estamos en verano, es un buen momento para leer. Tenemos tiempo. Aquí os dejo algunos libros relacionados con el tema que estamos hablando que pueden ser interesantes.