lunes, 27 de julio de 2020

Alevines: ¿Fundamentos o comprensión del juego?

¿Lo global o lo analítico? ¿Fundamentos o comprensión del juego?

¿Aprender a entender el juego o aprender fundamentos (individuales y colectivos)?

Hablaba por Twitter que el año que viene entrenaré a alevines y que el objetivo principal es que entiendan el juego. A partir de ahí han surgido comentarios interesantes sobre si tiene más peso el trabajo específico de fundamentos o el global. Como me es difícil aportar desde 280 caracteres, me explayo un poco más a través de esta entrada. 

¿Entrenaremos fundamentos? Seguro que sí: pivotes, arrancadas, apoyos, la mirada, la comunicación, el pase, el tiro en sus múltiples variantes, el equilibrio, la coordinación, el bote útil, etc. O en defensa: parar el balón, los centros de gravedad, saber usar todo el cuerpo, referencias, manos, apoyos, generar contactos, etc. 

Y eso lo vamos a entrenar en todos los entrenamientos. No hay duda. 

Pero todo lo que se entrena tendrá una transferencia siempre al juego colectivo. El jugador utilizará todo lo que aprenda para ponerlo en práctica en el juego. Será el resultado de una decisión tomada. Y esa decisión está apoyada en esos fundamentos y en la comprensión del juego. Todo fundamento tiene una transferencia para comprender la complejidad del juego. No se enseñan pivotes, sino que se enseñan pivotes para...

Los espacios, los cortes, las trayectorias, las situaciones interiores, las exteriores, reemplazos, líneas de pase fácil o agresiva, etc., se integraran con los fundamentos individuales. 

Pero el jugador tiene que comprender el juego: los ritmos, los espacios, la verticalidad, el "timing", las reacciones defensivas a mis movimientos ofensivos, que el 1c1 se gana de poco y caduca, las normas que nos limitan o podemos usarlas en beneficio nuestro, etc. 

Comprender el juego que juega y donde no está presente el entrenador, sino sus compañeros, los rivales, unos espacios, un balón, unas normas y un juez que evalúa su cumplimiento. 

¿Cuáles son nuestros objetivos en el equipo?

Cuatro son nuestros objetivos transversales:
  • Aprender a entrenar
  • Aprender a tomar decisiones
  • Aprender a ejecutar eficazmente
  • Entrenar el buen carácter del deportista
Además nos regiremos por unos principios que serán las directrices de nuestra conducta:
  • El juego supeditado al desarrollo del jugador. Es decir, los planteamientos colectivos (el conocimiento del juego) favorecerán la puesta en práctica de los fundamentos y conceptos trabajados. 
  • Se evalúa lo merecido y no lo conseguido. Ganar no es un objetivo sino una consecuencia. 
  • Entrenar con intención. El jugador tiene que saber para qué se está trabajando un fundamento (volvemos al conocimiento del juego).
  • No dejar jugadores en el camino. 
  • El rival como compañero de viaje. 
  • Cómodos en la incomodidad. Estar en permanente aprendizaje. Asentar y asimilar pero seguir aprendiendo. 

TODO está orientado a que el jugador comprenda el juego. 

jueves, 23 de julio de 2020

Entrenar con alevines

El desarrollo de una persona desde que nace hasta los 22 años lo divido en tres etapas donde los padres en cada una de ellas tienen un objetivo general principal. Si añadimos al proceso el entorno deportivo se incluiría una cuarta etapa:

  • Primera etapa: 0-12 años. Objetivo: AUTONOMÍA. 
  • Segunda etapa: 12-16 años. Objetivo: LIBERTAD RESPONSABLE. 
  • Tercera etapa: 16-22 años. Objetivo: INTERDEPENDENCIA. 
  • Cuarta etapa: 22 años hasta retirada. 

El proceso deportivo de un jugador se refleja en la siguiente imagen:


En cada una de estas etapas, el jugador está influenciado por diferentes actores que aparecen y desaparecen ejerciendo un impacto de diferentes intensidades. El entorno afecta sobresalientemente en el desarrollo del deportista. 

Luego, para el entrenador el entorno es un factor a considerar. No está bajo su control, pero impacta. 

El jugador tiene que desarrollar una serie de rasgos de la personalidad que le ayuden a llegar al máximo de lo que pueda llegar a ser. Y nuestra labor de entrenador es ayudarle a conseguir ese reto. Se trata de modelar y no moldear (no hacer jugadores según el molde mío). Es regar, podar, nutrir y airear el árbol para que crezca, no sacar árboles iguales uno tras otro. Los rasgos ayudarán a construir un árbol sano y fuerte. 

Los rasgos a inculcar se dividen en tres niveles:

1. Nivel personal:
  • Humildad 
  • Respeto 
  • Capacidad de sufrir
  • Atención en tres niveles: horizonte, roles y pasos del camino
2. El proceso:
  • Reflexivo
  • Paciente
  • Perseverante
  • Autoexigente
3. El momento:
  • Atrevido
  • Sereno
  • Intuitivo
  • Curioso

Es habitual que el entorno que rodea a un jugador en edad alevín sea su familia, padres y colegio. Luego el entrenador (club). 

El primer paso para construir una casa sólida y duradera son los cimientos. Y es al principio de la construcción cuando se deben establecer ( no empezar a construir la casa por el tejado). 

Para poder poner las bases se necesita que todos los adultos que rodean al niño estén de acuerdo en la línea a seguir. De ese modo, toda la dotación del barco (el jugador) trabajará para ir al mismo rumbo. Imaginaros un barco romano donde los que gobiernan las velas creen que hay que ir hacia el norte y los remeros piensan que la proa debe apuntar al sur. El barco no irá a ninguno de los dos sitios. Navegará errático o con suerte llegará a su destino. 

Entonces considero clave y fundamental que club y padres se pongan de acuerdo. Dos son las herramientas que tienen a su disposición: EL EJEMPLO Y LA COMUNICACIÓN. 

El entrenador tiene que ser un ejemplo de esos rasgos que pretendemos inculcar. Y los padres también. 

Y la comunicación entre entrenadores y padres debería ser una parte más del entrenamiento. No es exclusivamente lo que sucede en la cancha lo que va a permitir al jugador estar en situación de llegar a su máxima expresión y crecer sano y robusto, sino que la ALINEACIÓN entre padres y club en la etapa alevin  es vital para construir los cimientos de una casa sólida y duradera. En la metáfora del árbol diríamos que son las raíces. 

Las charlas con los padres para explicarles el rumbo y cómo se quiere alcanzar son muy importantes. Deben estar planificadas al igual que lo están los entrenamientos. Entenderán cómo nos comportamos los entrenadores, cómo hablamos a sus hijos, las dinámicas de entrenamientos y partidos, etc. Y nosotros conoceremos mejor al jugador, a través tanto de nuestra observación como de la información proporcionada por sus padres.