domingo, 15 de junio de 2014

El crecimiento del jugador a través de la platanción de tomates.

He de reconocer que el título suena raro. Baloncesto y tomates.

El caso es que este fin de semana he estado trabajando en la huerta, especialmente con las plantas de los tomates, y a medida que iba trabajando en ellos, me daba cuenta de la cantidad de similitudes que había entre trabajar las plantas de los tomates y entrenar a un jugador.

El tomate, como todas las plantas, necesita una buena base, una buena tierra, con sus nutrientes. Igualmente, el jugador, en sus estadios iniciales en el baloncesto, también necesita una buena base, unos buenos nutrientes. Enseñarle disciplina deportiva, pasión, enseñarle a disfrutar del juego, a que, al igual que las raices de la planta del tomate se engancha a la tierra, él, se "enganche" a este deporte. 

Una vez hayan arraigado correctamente las raices de la planta en la tierra, y tengamos al jugador "dentro" del deporte de la canasta, entonces, empieza el proceso del crecimiento de la planta. Sol y cantidad de agua adecuada, acompañado de una buena poda.

La planta del tomate empieza a crecer y el tallo principal comienza a ramificarse. La planta tiene un tamaño medio. En este momento, es cuando el jugador empieza a ser un adolescente, a tener pensamiento propio, y a querer tomar sus propias decisiones en su vida. Comienza su periodo de identidad personal. 

De todas las ramificaciones del tomate, solo algunos tallos son los que generarán las flores que proporcionarán el futuro fruto. Con el jugador, pasará algo similar. Entrará en contacto con el mundo, pero no todas las "ramas" de ese mundo serán adecuadas para su cremiento personal. No todas dan frutos.

Aquí entra a jugar el proceso de la poda. Saber qué ramas son las que hay que eliminar, las que provocarán que la planta gaste energía en algo que no va a generar flores, ni futuros frutos. En este momento, el entrenador tiene que entrar a valorar también otros aspectos que no sólo son deportivos, sino también sociales, psicológicos, etc. Deberá saber qué herramienta es la adecuada para podar esas ramas estériles, deberá tener conocimientos claros de "metodología de entrenamiento" y "gestión de personas". 

Habrá que fijarse en el tallo correcto que proporciona los futuros frutos. Habrá que corregir los detalles y convencer al jugador de que ese es el camino correcto. Que nosotros, ya hemos plantado tomates en temporadas anteriores, y sabemos el trabajo para hacer crecer la planta. Eliminar las ramas que no generan frutos, que nos descentrarán de nuestro objetivo. Centrarnos en los tallos principales. El jugador centrado en su rendimiento académico, deportivo, social y familiar. Poco tiempo queda para las otras ramas.

Y es curioso, porque entonces, la planta del tomate, crece, y genera ramas pequeñas que prorporcionan frutos. Va por escalones. Me explico. Crece unos centímetros hacia arriba, y deja una ramita con flores. Crece otros centímetros y deja otra ramita con flores. También deja otras ramas más grandes sin flores que le ayudan a equilibrarse. Las ramitas con flores son las que proporcionarán el fruto del tomate.

Y el jugador, a medida que le enseñas a centrarse en las "ramas" que proporcionarán frutos, va creciendo y aumentando su conocimiento tecnico-táctico. Y mejora su rendimiento cognitivo-emocional, es decir, entiende el juego y lo "vive". Según va creciendo, aparecerán nuevas "ramitas" que dejen frutos. Llegará el fruto del conocimiento del juego colectivo, el de la toma de decisiones, etc.

A la planta del tomate no la puedes abandonar. Hay que revisarla constantemente, y por supuesto, ponerle una guía, para que crezca recta, hacia arriba. Y ahí está el entrenador, viendo a su jugador todas las semanas, comprobando que crece fuerte y hacia arriba, proporcionándole un riego abundante para ayudarle a mejorar.

También el agricultor debe estar atento a nuevas formas de cultivar, a la evolución del clima, a inclemencias imprevistas. Atento a aprender para mejorar su capacidad de producción de tomates. Hablar con otros agricultores, que seguro, saben más y le pueden dar buenos consejos. 

Y por supuesto, no podemos olvidarnos de que cada planta tiene su tiempo de maduración. Unos tomates maduran antes y otros después. Hay que tener paciencia, y esperar el momento de recolección. 

Evidentemente, unos tomates serán de calidad máxima y otros no. Pero bien trabajados, todos los tomates nos harán disfrutar de la ensalada. Cada uno con su calidad. 

No es mejor entrenador el que saca más jugadores para la ACB, sino el que consigue que los jugadores que pasen por sus manos disfruten del juego todo lo que ellos quieran, con independencia de la liga donde juegen, pues les habrán dotado de las herramientas necesarias para que sean felices jugando al baloncesto a "su" máimo nivel.


Pues ahí ando yo, cuidando de mis tomates.






1 comentario:

CuriosaHistoria dijo...

Simplemente ¡fantástico!