Todos hemos tenido alguna vez algún objetivo que cumplir y no lo hemos conseguido.
El otro día mi equipo de jugadoras adolescentes, 14-15 años, ganaron el partido por más de 40 puntos. Dos lloraron y otras tres más se enfadaron con ellas mismas, recluyéndose en un lugar alejado del banquillo.
La noticia fue buena y mala para mi. Buena porque vi que las jugadoras iban más allá del resultado del partido a la hora de enjuiciar su actuación. La mala porque la frustración no les dejaba ver más allá de sí mismas.
Son adolescentes, están en el proceso de ser adultas aunque, quizás, no tienen todas las herramientas a su disposición para desenvolverse en un mundo adulto (y probablemente los adultos tampoco las tengamos).
Pero no están en lo cierto. Con 14 y 15 años tienen muchas más herramientas a su alcance que las que creen y nosotros creemos. Solo es cuestión de preguntar.
Y así lo hice. Ví que la frustración nos limitaba indivualmente, lo que directamente afecta al colectivo. Y les pregunté individualmente a cada una las siguientes preguntas:
- ¿Qué es la frustración?
- ¿Cómo se manifiesta?
- ¿Cómo se gestiona?
Cogi sus respuestas y las condensé en las imágenes que a continuación comparto. El contenido es exclusivo suyo, ni libros, revistas o artículos. Sólo sus respuestas. Me sorprendí, se sorprendieron y cuando las compartí con los padres, ellos también se sorprendieron.
Ver esas respuestas me hizo pensar en todo el potencial que ellas tienen y reflexionar sobre varios aspectos:
- Mi labor como entrenador no es tanto la de “formar personas a través del baloncesto” sino la de “facilitador”. Facilitarles espacio para apoyarlas en su desarrollo, hacerlas ver todas las capacidades que tienen y cómo pueden aplicarlas.
- Cómo utilizar el baloncesto para ayudarlas en su día a día. Pero de una forma práctica, que puedan aplicar el conocimiento adquirido a través de las experiencias en la cancha en su día a día fuera de ella.
- En cómo si ponemos el individuo, o sus ideas, al servicio del colectivo, el retorno es mayor. Individualmente no tenían claro qué era la frustración, pero al poner las ideas en común, el resultado fue sorprendente.
A continuación os dejo sus respuestas a las tres preguntas, un resumen de ellas, y aspectos claves que consideramos en este proceso.
1 comentario:
Me encanta este artículo.
Enhorabuena a las chicas por saber materializar en palabras su "interior". Podemos aprender mucho de los adolescentes, tienen valores que los adultos hemos dejado por el camino, ellos nos ayudan a recordarlo..
Enhorabuena mister por trabajar estos aspectos con ellas.
Publicar un comentario