Y yo di las gracias porque pude poner en práctica un montón de fundamentos que había entrenado.
Trabajé la visión. ¿Qué espacios quedan libres? les pregunté a mis jugadoras.
¿Cómo podemos atacar la zona? Sin que haya zona....entonces, apliquémonos en defensa y volemos.
Trabajé el pase. Su calidad, la tensión, las fintas previas, por encima de la cabeza, etc.
El mirar antes de decidir. Y no echaban tan rápido el balón al suelo.
Trabajaron el juego sin balón. Moverse entre los espacios libres en función del balón.
Trabajé el tiro. Nuestros nueve pasos del fundamento del tiro.
Conseguí que una jugadora que siempre sube el balón por el centro, entendiera (después de un cuarto entero chocando contra la defensa), que la mejor opción era que el balón llegara al ataque por los laterales.
Claramente, el rival, al ver que mis jugadoras le superaban en su defensa individual, se fue a una 1-3-1, pero, uno que ya lleva unos cuantos partidos, notó que la cosa iba con la idea de ganar el partido. Poco formativo.
Para mis jugadoras y mi planificación fue muy útil. Una situación diferente. Mismos fundamentos. Así que me sirvió para reforzar mis convicciones de que no es necesario trabajar durante la semana de entrenamientos movimientos o sistemas específicos contra zona, sino continuar trabajando los fundamentos y aplicarlos en función de lo que sucede en los partidos.
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