Ya hayas ganado todo o perdido todo (me voy a los extremos), la primera fase (octubre-enero) te ha podido servir de mucho, si has sabido utilizarla, más allá de ganar de mucho o perder de mucho. Han sido unos meses para poner ciertos pilares o cimientos en tu equipo, que ahora, en la segunda fase, con equipos más similares al tuyo y una competición más homogénea, vas a poder poner en práctica para un mejor aprendizaje en tus jugadoras.
La oposición que te impone el rival se encuentra cerca de tu umbral de exigencia por arriba o por abajo, lo que va a suponer un reto interesante para tus jugadoras, ya que lo van a ver "posible", y tendrán una mayor motivación por lograrlo. Quizás entres en un grupo donde los equipos son un poco mejor que tú, o donde tú eres un poco mejor que ellos. Contexto y entorno deportivo ideal. Aprovecha esta corriente para tus entrenamientos.
Es ahora un buen momento (aunque siempre lo es) para trabajar la autoexigencia con tus jugadoras. Oriéntalas a que sean ellas mismas las que se exijan, más allá de tenerte a ti detrás pidiendo concentración e intensidad. La competición tiene que ayudarte en este sentido en cada entreno.
Los equipos que han ganado, ahora pueden encontrarse con la derrota, y los que han perdido sistemáticamente, tienen la oportunidad de disfrutar de la sensación de victoria. Ambos, posibilidad de victoria y derrota son alicientes útiles en el proceso de aprendizaje de las jugadoras.
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